
A Boticelli no le gustaba el paisaje y estimaba que era una especie de limitada y mediocre investigación. También dijo con desprecio que ”lanzando una esponja empapada en distintos colores sobre una pared se conseguiría una mancha donde podría verse un hermoso paisaje”— asi decía Max Ernst hablando de la pintura—. Boticelli tiene razón — proseguía Ernst —: en una mancha así se podrán ver caprichosas invenciones; quiero decir que quien quiera que mire atentamente esa mancha verá cabezas humanas, animales distintos, una batalla, rocas, el mar, nubes, bosques, y todo lo que quiera es como el tañido de una campana, que deja oir a cada uno lo que se imagina. El hecho que a mi juicio no debe despreciarse es que, si te detienes alguna vez a contemplar las manchas de las paredes, las cenizas del hogar, las nubes o los arroyos, y los consideras atentamente, descubrirás invenciones admirables de las que ”la maestría” del pintor puede sacar partido para componer batallas de animales y de hombres, paisajes o monstruos, diablos y otras cosas fantásticas que te darán prestigio. Entre estas cosas confusas, el genio se despierta con nuevas invenciones mas es necesario saber pintar todos los miembros que se ignoran, como las distintas partes de los animales y los aspectos del paisaje, de las rocas y la vegetación.

Comparto en mis redes. Un saludo, gracias