
No acudas a la villa de Madrid, viajero inexperto — escribe el argentino Roberto Arlt en 1936–. Madrid es la tentación. Te llamará con su manzanilla desde los colmados, donde estrepitosa alegría de hombres y mujeres te harán señales con las antenas de los crustáceos que adornan sus vidrieras; llenará de ensueños tus ojos con la verdosa luz de acuarela de sus faroles. Y terminarás enamorándote de Madrid como si fueras un crío. No vayas a Madrid, que cuando tengas que marcharte los ojos se te llenarán de lágrimas…
(Imagen — wikipedia)