
salen corriendo ratones, que en enjambre
se ponen a roer un trozo suculento de memoria
que es tu queso horadado.
Tras tantos inviernos ya no importa
qué o quién está en la ventana tras la cortina,
y en el cerebro retumba ya no un do no terrenal,
sino su susurro. La vida, a la que,
como algo regalado, no le miran la boca,
en cada encuentro muestra desnudos los dientes.
De todo hombre siempre os queda una parte de oración.
De hecho una parte. Parte de la oración.
Joseph Brodsky— “A Part of Speech” – Poema XlV
