ENSEÑAR EL TALENTO

Mi escuela Holden—- explicaba el escritor italiano Alessndro Barico — no es exactamente una escuela de escritura, tampoco una escuela de narración, que no es lo mismo. Más que una escuela, lo que yo imparto es que les doy a los alumnos, como sucede en los países anglosajones, distintos cursos. Recibo jóvenes que sueñan con el oficio de ser narradores, sea en el periodismo, en el cine, en el teatro, en la web, en la publicidad o en cualquier otra cosa, y también, naturalmente, que desean escribir novelas. Se les forma entonces durante dos años para enseñarles a ser narradores. Pero uno no se plantea en ningún momento : ¿puede enseñarse a escribir? Nosotros los iniciamos en diferentes técnicas indispensables para contar historias. Pero no solamente enseñamos técnicas. Se les ayuda a descubrir por sí mismos; a descubrir si tienen o no talento. Realmente es cierto que no se puede enseñar el talento, pero sí se les puede enseñar otras cosas: por ejemplo, la determinación, la capacidad de identificar los problemas, de afrontar la verdad. Es un proceso que transcurre por la puesta al día de las capacidades que ellos poseen y de las que no son muchas veces conscientes y por tanto no las utilizan. Es para esto para lo que se crean muchas actividades. Si alguno un día quiere ser Proust y no va al cine, se le proporciona estudiar el cine francés, el americano, y, por el contrario, si uno quiere hacer cine, se le insiste en estudiar a Proust o a Flaubert; en resumen, de les abre y amplía el espíritu. Se da mucha importancia al grupo, a estar rodeado de gentes que tienen los mismos sueños y las mismas pasiones. Esto es una dinámica que les permite adquirir una cierta confianza en ellos mismos. Una de las primeras cosas que hacemos cuando llegan es enviarles a caminar dos o tres diss a la montaña acompañados de algunos de nuestros profesores. Ellos aún no se conocen y así adquieren un perfecto conocimiento.

(Imágenes— 1– Alessandro Barico/ 2- Maria Gato- Virginia milles- gallerie)