CAFETERÍA

De pronto se da cuenta de que ya no queda nada en la copa, de que un precipicio se levanta hasta su boca. Las mesillas de mármol se van flotando como un témpano. Solo los espejos hacen cucamonas a los espejos, solo ellos. creen en la infinitud.

Es el momento de irse, sin esperar al salto asesino de la araña. De noche será posible volver para observar a través de la descuidada reja el fantasmagórico matadero del mobiliario. Brutalmente asesinadas sillas y mesillas yacen de espaldas estirando sus patas hacia un cielo de cal.

Zbigniew Herbert- Prosa poética

(Imágenes—Rothko- wikipedia)

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