
Los momentos de duda — decía Gauguin— , los resultados siempre inferiores a lo que soñamos y lo poco que nos alientan los otros, todo esto contribuye a nuestro desánimo. Y bien, después de todo, qué vamos a hacer sino rabiar y batirnos con todas estas dificultades; incluso derribados, seguir diciendo “todavía”. Siempre, siempre. En el fondo, la pintura es como el hombre, mortal, pero viva, siempre luchando con la materia. Si yo pensase en lo absoluto dejaría de hacer cualquier esfuerzo, incluso para vivir. Contentémonos con ser tal y como estamos hechos.

(Imágenes—1- Gauguin- paisaje de Martinica- 1887- scottish gallery/2- Hombre de Marquesas en Capa Roja 1902 – museo de arte moderno y arte contemporáneo de Liège)