CARTAS Y MÁS CARTAS…

Las cartas parecen haber desaparecido. Queda el tecleo en el ordenador o en el móvil, queda la voz, la yema del dedo que nos informa sintetizando lo que pasó con nuestra salud, nuestros problemas económicos, el deseo de nuestros amores, la protesta contra las injusticias, las separaciones y despedidas, el lazo que intenta unir nuestras distancias, pero todo eso se hace ya sin papel, sin apoyar la muñeca en la mesa y tomar una pluma o un bolígrafo. No sé dónde van a encontrar vestigios escritos importantes nuestros historiadores.


Y sin embargo, las cartas y la correspondencia son vitales para completar el perfil de una persona, son la coronación de su biografía. Ahora se publican las cartas de Proust. Pero hace muchos siglos aparecía en una carta del griego antiguo Aristeneto la descripción de un bellísimo jardín, el poeta latino Horacio le escribe una carta a Quincio contándole con exactitud topográfica cómo es su finca de La Sabina y aprovecha para decirle que no debería de moverle los falsos elogios que el público le brinda. En España, Cristóbal Colón escribe a Luis de Santángel, escribano de la nación de los Reyes Católicos, dándole cuenta de los primeros descubrimientos en las Indias Occidentales, con sus islas, gentes y ciudades; Diego Monfar a su señor le imita en una carta la graciosa forma que en el siglo XVll hacían las veces de periódicos; Santa Teresa de Jesús le da las gracias a Don Lorenzo de Cepeda por un envío de dinero; Salas Barbadillo le escribe a un amigo de Castilla la Vieja en una carta sobre el estilo con que se ha de comportar cuando venga a Madrid; Melchor Gaspar de Jovellanos le manda una carta a don Mariano Colón, Duque de Veragua, desde el monasterio del Paular describiéndole la belleza del lugar, la paz de los monjes y una meditación sobre su propia vida que le deja insomne en la noche.


Todo son cartas. La Historia está llena de cartas. Es la comunicación entre los hombres. Sus desahogos, aspiraciones, sorpresas: todo es compartido. Necesita comunicarse. Es la relación del ser humano con otro que hoy vemos idéntica, con el dedo de los jóvenes — y menos jóvenes— tecleando, conforme van andando, emociones, experiencias y descubrimientos.

Casi no hay papeles. ¿Se lleva el aire todos esos sentimientos?

José Julio Perlado

(Imágenes – 1- Charlotte Bronte- Foto Time Life Pictures – Getty images/ 2-Hemingway – 1947- local captación/ 3- Dostoievski – pintado por Wassili Perov- 1872/4- carta de Elvis Presley ofreciéndose a Nixon como agente narcotraficante- la vanguardia)

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