A LA VERA DEL ARLANZÓN

Van caminando palabras y silencios por el paseo del Espolón, a la vera del río Arlanzón en Burgos, los silencios van más rápidos que las palabras, las palabras suelen ir del brazo o con las manos juntas, los dedos de las palabras se anudan con los dedos de otras manos, se hacen confidencias matrimoniales, se respetan las pausas, se sellan amores, se espera que los dedos tengan paz, no se separen, lleven bien sinsabores y sabores, el andén central de este paseo se llamaba antaño paso de las Acacias y por aquí pasaba la carretera de Bayona a Madrid, aquí acudían los burgaleses a pasear presenciando el paso de las diligencias. Ahora el ruido y la polvareda de aquellas diligencias lo sustituye el agua, este agua del Arlanzón es afluente del río Arlanza, nace en la sierra de la Demanda y atraviesa Castilla y León pasando por Burgos, acompaña el agua a los silencios y a las palabras, los silencios a la vera del río van deprisa, se han comprado zapatillas deportivas para andar a buen paso, cada silencio marcha derecho hacia su destino, apenas habla con sus pensamientos, va con los ojos fijos, las rodillas ágiles, los pensamientos dentro de cada cabeza aceptan este ritmo de marcha, este ir y venir por el Espolón, el agua mansa atraviesa los puentes, lame los pies de las estatuas, refleja las copas de los árboles, de vez en cuando un silencio al pasar levanta la cabeza y corresponde al saludo que le ha hecho una palabra al cruzar a su lado.

José Julio Perlado

(Imágenes— paseo del Espolón en Burgos