
“—¿ Ha visto? ¿Ha visto usted esto? —pronunció absorto, sin levantar su mirada hundida.
Miré aquella fotografía.
—Este hombre al que se le acaba de decir que va a morir en los próximos minutos — murmuró el profesor como si hablara consigo mismo — no ha muerto nunca. No sabe qué es el morir.
Guardó un instante de silencio, y ambos recorrimos aquella figura de rasgos orientales.
— Pienso que si antes hubiera muerto este hombre alguna vez — dijo de pronto Vial— igual que muchas veces ha tenido que sufrir, amar y fracasar, como ha tenido oportunidad de llorar y de reír y de realizar todos los actos de la vida, este rostro tendría ahora una expresión distinta, impensable para mí. — prosiguió el profesor — ; para mí — repitió — , para él y para el resto. Pero este hombre — dijo Vial sin dejar de mirarlo — como todos los hombres, va a morir — esperó —, ¿lo ve?, va a morir por primera y última vez. — Ahora hablaba muy lentamente — . No conoce ”su” muerte. Ni siquiera conoce la muerte, sino por cuantas muertes ( no suyas) ha llegado él a ser testigo. Y ese grupo de hombres a su lado, todos los hombres del mundo menos él, ése que le va a disparar, así como los millares de millones de ojos que estamos observándole a través de la fotografía, es decir, todos los que no somos él y le contemplamos, nada sabemos tampoco del morir — guardó silencio — Es esta ”una muerte” más — hablaba con enorme lentitud —: estampido, fogonazo, caída, inmovilidad perpetua — aguardó — , pero no es la ”esencia de la muerte”.
¿Quién puede comprender tal ”esencia”?— añadió—. Únicamente aquellos que ya han muerto, suponiendo que la conserven consigo tal y como en vida se guardan esencias y vivencias. Ninguno de los que han muerto ha revelado sin embargo esa ”esencia“ al resto. — hizo una pausa—¿La conservan? Nada se sabe. — terminó con tremenda lentitud — Nada se comunica a los hombres con vida.”
José Julio Perlado
(del libro ”Contramuerte”)
(Imagen— foto Eddie Adams- un oficial de policía ejecuta a un presunto miembro del Viet Cong- 1968)