LA ENFERMEDAD Y SUS REACCIONES

 

Antes de nuestra época  — escribía Susan Sontag en “La enfermedad y sus metáforas” —, se pensaba que el temperamento del paciente  contaba solamente en cuanto a su comportamiento una vez declarada la enfermedad. Como cualquier situación extrema, las enfermedades temidas sacaban a relucir lo mejor y lo peor de la gente. Sin embargo, las crónicas clásicas acerca de las epidemias subrayaban en primer lugar los estragos de la enfermedad en el carácter de las víctimas. Cuanto menos prejuicios tenía el cronista, y cuanto menos la enfermedad era para él el justiciero castigo por alguna iniquidad, tanto mayor era la probabilidad de que su relato acentuara la corrupción moral acarreada por la epidemia. Aunque en los casos en que el cronista no piense que la epidemia haga justicia sobre la comunidad entera, prácticamente sí la hace al desencadenar  el inexorable derrumbe de la moral y las buenas costumbres. Cuenta Tucídides cómo la plaga que se abate sobre Atenas en 430 a. de. Cristo engendra desorden y licencia. “ El placer del momento —escribe —ocupó el lugar del honor y la conveniencia’. (…) La calamidad del mal abre el camino para que discernamos en qué nos hemos engañado toda la vida y cuáles han sido nuestras fallos de carácter. En la película “Ikiru” de Kurosawa, el funcionario sexagenario que en ella aparece presenta su renuncia al enterarse de que sufre un incurable cáncer de estómago. Haciendo suya  la causa de una barriada pobre, lucha contra la misma burocracia a la que servía. Con un año de vida que le queda, Watanabe quiere hacer algo que valga la pena, redimir toda una vida mediocre.”

 

 

 

(Imágenes— Vittorio Ronconi/ Pejman Shosjei)

PUBLICACIÓN DE UNAS “MEMORIAS”

 

 

(A  TODOS  LOS  QUE  SIGUEN  “MI SIGLO’)

 

(Dada la actual situación  que atravesamos – y que afecta también al ritmo y vida de las editoriales —he decidido adelantar aquí  la publicación de mis “Memorias”, tituladas “Los cuadernos Miquelrius”, que estaban previstas se publicaran dentro de unos meses y que  espero que en su día aparezcan como libro.  Se irán publicando a partir de mañana, 30 de marzo, los lunes, miércoles y viernes en MI SIGLO)

(Imagen — biblioteca tumblr)

CONFINAMIENTOS

 

 

“Constantemente me pregunto — dice Ana Frank , encerrada y escribiendo  sus “Diarios” —si  la cohabitación con otras personas, sean las que sean, lleva forzosamente a disputas. ¿O quizá es que nosotros nos hemos caído particularmente mal? ¿ Serán la mayoría de las personas egoístas y mezquinas? Quizá estoy bien situada para adquirir cierto conocimiento humano; pero empiezo a pensar que ya basta. Ni nuestras disputas ni nuestras ganas de aire y de libertad harán detenerse la guerra; por eso debemos hacer todo lo posible para sacar el mejor partido de nuestra estancia aquí; si sigo aquí todavía mucho tiempo, también yo corro el peligro de convertirme en una vieja gruñona.

Voy, indiferente, de una habitación a otra, subiendo y bajando las escaleras, y me veo como un pájaro cantor cuyas alas han sido brutalmente arrancadas y que, en la oscuridad total, se hiere chocando contra los barrotes de una estrecha jaula. Una voz interior me grita : “¡Quiero salir!,  ¡Quiero aire! , ¡Quiero reír! “ Ni siquiera le respondo ya. Me tiendo sobre un diván y me duermo para abreviar el tiempo, el silencio y la espantosa angustia, pero no logro matarlos.”

 

(Imagen — Roy de Carava -1953)

VIAJES POR EL MUNDO (33) : DESCUBRIMIENTO DE LAS ISLAS

 

 

“Las islas  pueden clasificarse de muchas maneras: según la distancia que las separa de la tierra firme, según el canal ( a veces todo un mar)  y la posibilidad de atravesarlo a remo. Se distinguen —dice el yugoslavo Predrag Matvejevic en su “Breviario mediterráneo” — por el aspecto o la impresión que provocan: unas parece que flotan o se hunden, otras se diría que están ancladas o petrificadas. Unas no son más que restos de tierra firme, informes e inacabadas; otras se separaron a tiempo y llegaron a ser independientes, más o menos autosuficientes. A las islas se les atribuyen rasgos y estados de ánimo humanos: también son solitarias, silenciosas, sedientas, abandonadas, desconocidas, malditas, a veces afortunadas o bienaventuradas. Junto a las islas los que más olvidados están son los escollos, sobre todo los que carecen de agua potable: si no se incorporan a un archipiélago conocido, pierden  su identidad en la jerarquía de la costa, quedan para siempre apóstatas, célibes, anacoretas. Las rocas que sobresalen en los bordes de las islas han suscitado  cuentos de horror y de espectros: en el Mediterráneo se cree en los cuentos, tal vez más que en otras partes.

 

 

Las islas se convierten a menudo en lugares de recogimiento o paz, arrepentimiento o expiación, exilio o encarcelamiento: por eso cuentan con tantos monasterios, cárceles y asilos. Hasta las islas más afortunadas, como la Atlántida, se hundieron con sus ciudades y puertos. El rasgo común de la mayor parte de las islas es la espera.  Hasta las más pequeñas entre ellas esperan por lo menos la llegada de un barco, las noticias que éste trae, un acontecimiento.  Los isleños tienen tal vez  más tiempo para esperar que los demás: la espera es lo que marca su tiempo. Antaño, los difuntos se enterraban en islas de las que la leyenda decía  que estaban fuera del tiempo. El pasado glorioso y la vanidad que de él provenía hacían que las islas más grandes y más poderosas compitieran con el continente, se midieran incluso con su propia época. No se pueden determinar con precisión las causas y las consecuencias de tales fenómenos en el Mediterráneo.”

 

 

(Imágenes—1- isla de Santorini/ 2- islas del mar Egeo/ 3-isla de la Palma – 2011- foto jjp)

NOSTALGIA DE LAS MANOS

 

 

Ahora que no podemos saludar estrechándonos las manos , recuerdo las palabras de Marañón cuando decía que “la mano no es vehículo habitual de la inteligencia, sino de los impulsos cargados de emoción. Si la lengua representa al cerebro, la mano representa al corazón, que es la víscera noble de la vida vegetativa. No en vano creían los antiguos que venas especiales unían el corazón a la mano, sobre todo al dedo en que ponemos el anillo, símbolo de la entrega de nuestro corazón.’

(Imagen —James Coignard- 1999- foreman fine Art- artnet)

VIAJE EN TORNO DE MI CUARTO

 

 

En estos días de confinamiento leo las páginas de Xavier de Maistre, un autor francés del siglo XVlll en su “Viaje  en torno de mi cuarto”: “He emprendido y llevado a cabo un viaje de cuarenta y dos días alrededor de mi cuarto.. El placer que encuentra uno en viajar por su cuarto está al abrigo de la envidia inquieta de los hombres; es independiente de la fortuna.

Tengo la seguridad de que todo hombre sensato adoptará mi sistema, sea cual fuere su carácter y cualquiera que sea su temperamento. Cuando viajo por mi cuarto, difícilmente sigo una línea recta; voy desde mi mesa hacia un cuadro colocado en un rincón; desde allí me dirijo oblicuamente para ir a la puerta; pero aunque mi intención al partir sea la de llegar hasta allí, si encuentro mi butaca en el camino, no titubeo entonces y me acomodo en ella inmediatamente.  Una butaca  es un mueble excelente, de la mayor utilidad para todo hombre meditativo. En las largas veladas invernales es a veces dulce y siempre prudente arrellanarse muellemente en ella, lejos del estrépito de las reuniones numerosas.

 

 

Detrás de mi butaca, yendo hacia el Norte, se descubre mi lecho, que está colocado al fondo de mi cuarto, y que forma la más agradable perspectiva.  Los olmos  que hay detrás de mi ventana fragmentan los rayos de sol de mil maneras y les hacen balancearse sobre mi cama. En este delicioso mueble que es mi cama es donde olvidamos durante una mitad de la vida las penas de la otra mitad.

Encantador país de la imaginación, que el Ser bienhechor por excelencia, ha concedido a los hombres para consolarles de la realidad. Me han prohibido recorrer una ciudad, ir a un punto determinado; pero me han dejado el Universo entero; la inmensidad y la eternidad están a mis órdenes.’

La imaginación no sabe nada de confinamientos.

 

 

(Imágenes— 1- Rebecca Šiknner- 2019/ 2- Stanislav  Yulianovich  Zhukovskyov/ 3-Sergei Vinogradov – 1919)

AQUELLA SITUACIÓN … (3)

 

 

“Al final de aquel año, las Organizaciones Internacionales estaban, pues, parcialmente informadas de cuanto había ido sucediendo en los cinco meses últimos, pero tales datos eran entonces confidenciales y secretos en su gran mayoría ( no serían hechos públicos hasta mucho tiempo más tarde), y tan sólo en las últimas semanas se planteó en diversos organismos la posibilidad de que aquellas cifras fueran reveladas de manera global a través de los medios de comunicación (…) En el curso de los últimos meses, 27 países habían señalado a las principales Organizaciones del mundo, la presencia de aquel extraño fenómeno cuyos síntomas adquirían en cuestión de semanas un ritmo y una velocidad de propagación que elevaba aún más los comentarios ( …) En ese mes se tuvo, pues, conciencia por vez primera de que el fenómeno no era ya una situación insólita pero desigual, sino que su expansión y la imagen que iba revelando aquí y allá, en diversas partes del mundo, poseía una fuerza constante de propagación y una fisonomía común para todos los lugares y todos los seres —sin importar zonas o grupos étnicos —, y esa fisonomía  común y esa intensidad penetraban  y se iban perpetuando casi podría decirse con carácter endémico.  Aquel mes fue por consiguiente un mes decisivo para reunir de manera prácticamente oficial las bases de cuanto estaba ocurriendo. Lo que hasta ese momento se conocía de modo fragmentario, estaba a punto de salir a la luz, e incluso hubo algunas personas, que aisladamente y con muy fino olfato, llegaron a dar en este campo los primeros pasos.”

José Julio Perlado —“Contramuerte”

(Imagen —René Groebli- 1946)

DETRÁS DE “LA PESTE”

 

 

Detrás de“La Peste” de Camus ( lectura a la que, con esta  pandemia,  vuelven muchas gentes) , hay, como siempre en tantos autores ,una sucesión de ánimos y desánimos en la mente del escritor que revelan toda la fragilidad escondida en la creación. Camus había acabado la primera versión de “Calígula” en abril de 1959, “El extranjero” en mayo de 1940 y en abril de 1941 anota por primera vez en sus “Carnets”: “Peste” o la aventura” . Su amigo y confidente Jean Grenier desvelaría más adelante: “ Camus sufrió todas las penalidades del mundo para terminar “ La Peste”. Él no estaba contento. Dudaba de ese libro. Es decir, dudaba de si mismo. La celebridad que había adquirido no le complacía. Deseaba permanecer desconocido; cuando se publica y se es famoso, la celebridad  es malsana,  pensaba. Siempre el éxito había sobrepasado sus esperanzas hasta el punto de molestarle ahora. Se decía que su nuevo libro en gestación —“La Peste” — decepcionaría a sus lectores como le decepcionaba a sí mismo. Sorprende toda esta duda —seguía comentando Grenier — cuando es a propósito de una obra que fue bien acogida por el público. Pero Albert Camus estaba sujeto a crisis de descorazonamiento que asombrarían a quien no le conocían más que como autor.”

 

 

 

En sus “Carnets” de trabajo Camus anota que para “La Peste” había leído pasajes del Deuteronomio, del Éxodo, del profeta Amós, de Jeremías y de Ezequiel. “Decididamente — apunta—  tiene que ser un relato, una crónica”, Preparando un capítulo sobre la enfermedad, escribe: “Comprobaban una vez más que el mal físico nunca se presentaba sólo sino que venía siempre acompañado por sufrimientos morales — familia, amores frustrados — que le daban profundidad. Por supuesto ya sabemos que la peste tiene sus ventajas, que abre los ojos, que obliga a pensar. En este aspecto es como todos los males del mundo  y como el mundo mismo. Pero los males de este mundo y del mundo mismo puede decirse una verdad que también es aplicable a la peste.”

En abril de 1938 Camus se había interesado por Melville y por la técnica narrativa empleada en “Moby Dick”, que luego dejaría su influencia  en su libro. En abril de 1939  anota también sus impresiones sobre el cementerio El Kettar, en Argelia e igualmente sobre Orán. Pero el largo trabajo de “La Peste” está presente en sus confidencias: “ muchas notas, la ensoñación vaga y todo esto  —dice — durante años. Y un día viene la idea, la concepción, que reúne todas esas partículas dispersas. Entonces empieza un largo y penoso quehacer de poner todo en orden. Y aún más penoso ya que mi anarquía profunda queda desbordada”, confesará en una carta.

 

(Imágenes—1- Camus con su familia – la frontera/ 2-Albert Camus/ 3- Camus- diatriba)

COSAS QUE PUEDEN HACERSE ESTOS DÍAS EN CASA (1)

 

 

 

“INSTRUCCIONES  PARA  DAR  CUERDA  AL  RELOJ”

 

”Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo — dice Cortázar —. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.

¿Qué más quiere, qué más quiere?  Átelo pronto a la muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus pequeños rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.”

Julio Cortázar —“Historias de cronopios y de famas”

(Imagen — reacrorplayes)

EL PARAGUAS

 

 

 

 

“Hoy le tocó al paraguas.

Mejor que te lo lleves, por si acaso,

está que si sí que si no, de todos modos

nunca estorba un paraguas por si llueve.

Por favor, señorita, soy señora,

por favor, alguien ha visto, olvidado

un paraguas en estas mesas? Eso

Seguridad lo sabe. ¿Quién es Seguridad?

He dicho Seguridad. Seguridad he dicho.

Dónde se encuentra? En cualquier parte,

porque Seguridad está por todas partes.

Yo busco un paraguas simplemente

que esta mañana se me escapó.

Puede un paraguas escaparse y perderse,

entre autobuses, entre corazones?

Perdone, pero ese verso es mío y lo tenía

también perdido no sé dónde.

Aquellos días andaba sin paraguas,

entre autobuses, entre corazones,

ya sabe lo que llueve en Inglaterra,

bastaba irse cantando so la lluvia,

entre autobuses, entre corazones.”

José Antonio Muñoz Rojas —“Objetos perdidos” X

 

(En el día Mundial de la Poesía)

(Imagen -Gustave Caillebote)

AHORA QUE NO PODEMOS DARNOS LA MANO

 

 

“Callas y se va haciendo

la palabra contigo; estás callado

y sientes su despliegue en tus raíces:

sólo sabe nacer y ahora te empuja,

la sientes de improviso en todo el cuerpo,

comienza a pronunciarte,

comienza a pronunciarte de muy diversos modos:

la llaga es la palabra de las manos.

No nos basta la vida,

ya lo sabes,

todo cuanto has vivido lo tendrás que aprender

de nuevo y recrearlo,

como ha vivido recreándose,

como ha crecido hasta encontrar la vista este ciego nativo,

este ciego nativo que ha conquistado al mundo y lo conduce,

esta mano del hombre que ha llegado a ser mano a través de los siglos de los siglos

que se ha ido haciendo lo que es:

instrumental, vivísima, inocente,

para encontrar su gloria y nuestra gloria en el mirar de Dios que nunca pasa.”

Luis Rosales -“ Aprendiendo a ser mano” – “Rimas”

 

 

 

(Imágenes —1- Dorothea Lange/ 2-Maurice Tabard)

EL CINE, LOS JUEGOS, EL OLOR

 

 

 

“Cuenta  la argentina María Negroni cómo a su vez la italiana Giuliana Bruno describió el cine de varios modos. Lo llamó archivo nómada de imágenes, viaje arquitectónico, paisaje cultural del inconsciente, y visión peripatética. En todas sus definiciones, movimiento y figura son claves.  Pero al cine — añade — lo preceden muchos “espacios para ver”: los museos de cera, las vidrieras, las vistas panorámicas, las caminatas urbanas, los museos y, en general, todo espacio donde el espectador puede volverse, literalmente, un consumidor de imágenes.

Bergman por su parte quiso fundir el cine muchas veces con su infancia y con el juego especial del momento de rodar. “Me siento — decía —  muy atraído por mi infancia, casi obsesionado. Son unas imágenes y unas impresiones muy claras y que tienen un olor. A veces, puedo recorrer el paisaje de mi infancia, las habitaciones en las que he vivido, los muebles, los cuadros en las paredes, la luz. Es como un film, como trozos de films, y yo pongo en marcha el proyector.

Muchos artistas —continuaba — se parecen a niños grandes. Pensad en Picasso, por ejemplo, tiene cara de niño; con Churchill, Stravinsky, Orson Welles, ocurre lo mismo. Podría citarse también a Mozart. Yo soy consciente de eso cuando entro en el plató, o cuando tengo una cámara en las manos y los técnicos en torno  a mí. Entonces me digo: “ Bueno, vamos a comenzar un juego”.  Recuerdo exactamente que cuando era pequeño, antes de comenzar a jugar sacaba uno todos los juegos del cofre. En el plató  tengo más o menos la misma impresión. Hay una cierta analogía. La única diferencia está en que ahora, por una razón inexplicable, alguien me paga por organizar el juego, y determinadas personas me respetan y siguen mis instrucciones, cosa que de vez en cuando no deja de sorprenderme.”

 

 

(Imágenes—1-Chiara Samugheo- Marcello Masttroiani/2-Brazier Celyn)

REDESCUBRIR LA CASA (1)

 

 

Ahora que más de medio mundo está obligado a  confinarse en su casa por tiempo indefinido, la casa misma adquiere una importancia esencial, desvela numerosas  historias de nuestra vida  y  abre y  cierra desde su techo hasta el suelo  pensamientos y sentimientos. En esta casa  nuestra —pequeña o grande — que a veces hemos utilizado  tan superficialmente y que en líneas generales es nuestro refugio,  tradiciones y costumbres se han enlazado desde hace muchos siglos. Se ha dicho de ella que en los sueños la fachada significa el lado manifiesto del hombre, la personalidad, la máscara;  a su vez, los distintos pisos — según los especialistas — corresponden a la verticalidad y al espacio. El techo y el piso superior a la cabeza y el pensamiento, a las funciones conscientes y directivas. Por el contrario, el sótano corresponde al inconsciente y  a los instintos;  la cocina, como lugar donde se transforman los alimentos, puede significar el momento de una transformación  psíquica,  y por su lado  la escalera es el medio de unión de esos diversos planos psíquicos; naturalmente  con distintas interpretaciones  según se vea  en ella su sentido ascendente o descendente.

 

 

Como la ciudad, de la casa se ha escrito también que simboliza el centro del mundo. En China, por ejemplo, suele ser cuadrada, se abre hacia el nacimiento del sol; la casa árabe suele ser también cuadrada, cerrada alrededor de un patio cuadrado que presenta dentro de él un jardín y una fuente: es un universo en cuatro dimensiones, en donde el jardín central es una evocación del Edén y está  abierto a la influencia celeste. La casa japonesa puede ser el elogio de la quietud y del silencio, la primitiva casa japonesa era una cabaña de cuatro postes de madera clavados en el suelo en un espacio circular y con una envoltura en forma de tienda: era la primera mediación entre arte y naturaleza y luego llegaría a esa visión en donde no se sabe dónde termina la casa y dónde comienza el jardín. En Egipto se llamaban a muchas casas “casas de vida” ya que en ellas los escribas copiaban los textos rituales y las figuras mitológicas. En regiones de África se ha descrito la casa como “ la gran casa familiar que representa el Gran Cuerpo Viviente del Universo”.  Y para el francés Gastón Bachelard  la casa significa el ser interior, sus pisos,  su sótano y su granero simbolizan los estados del alma: el sótano corresponde al inconsciente y el granero a la elevación espiritual.

Pues por esta casa tan misteriosa y  querida  caminamos estos días , de cuarto en cuarto y de hora en hora, encerrados en  nuestros obligados pensamientos

 

 

(Imágenes— 1- Christo – 1975/ 2-Hendrik Joahnes Weisennbruch/ 3-Carl Vilhelm Holsoe)

LONDRES VACÍO EN 1665

 

“Leo en el “Diario “ de Samuel Pepys, miembro del Parlamento, Londres 1665:

8 de agosto de 1665:

”Trabajé un poco en mi oficina y luego a casa del Duque de Albemarle, por ciertos negocios. Las calles, vacías durante todo el trayecto, ahora hasta en Londres, lo que constituye un penoso cuadro.

10 de agosto:

A la oficina, donde nos quedamos toda la mañana, impresionadísimos  por la forma en que aumenta el boletín de mortalidad: más de tres mil defunciones esta semana.

12 de agosto :

En adelante, la oficina no estará abierta  más que el jueves, de modo que permanecí en casa toda.la mañana, poniendo mis documentos en orden. El Lord Mayor ordena al pueblo que no salga después de las nueve, a fin de que los enfermos puedan ir a tomar aire. Se produjo un deceso en Deptford, a bordo de uno de nuestros navíos, el Providence, que acababa de equiparse para zarpar. El acontecimiento nos inquieta mucho.

16 de agosto:

A la oficina, para escribir cartas. Luego estuve en la Bolsa, donde no concurría últimamente. Señor, ¡ qué triste escena la de las calles vacías y la Bolsa casi desierta! Toda casa cerrada parece sospechosa, siempre se recela que sea a causa de la epidemia. De cada tres negocios, hay dos cerrados, si no más.

 

28 de agosto:

No iba a la ciudad desde hace algunos días. En la Bolsa conté apenas  cincuenta personas. En consecuencia,  pienso decir adiós  a las calles londinenses.

 

30 agosto :

Me levanté temprano, salí y encontré a Hadly, nuestro empleado. Me dijo que la epidemia  aumenta aceleradamente, sobre todo en nuestra parroquia. “Han muerto nueve personas, pero no he inscrito  más que seis”. Muy mal proceder, a mi juicio. Esto me induce a creer que lo mismo ocurre en todas partes y que la epidemia, así pues, es más grave de lo que se calcula. Los transeúntes son tan raros que uno cree habitar una ciudad abandonada.

 

 

 

(Imágenes — 1- Londres : Albert Goodwin/ 2- Londres: Giuseppe de Nitis)

AQUELLA SITUACIÓN… (2)

 

 

“Nada aparentemente ocurría sino el fluir de la vida. Pero lo que por entonces en muchos tratados se dio en llamar “masa” para diferenciarlo del “individuo” en concreto, no era sino un nervioso agitarse de cuerpos que superficialmente venía e iba como viajeros huecos de reflexión. Tal invasión de vaciedad no era, sin embargo, real;  aquella denominada “masa” al andar — yendo y viniendo hacia donde sabía que debía ir y venir —, también presentía muchas más cosas que las que simulaba con un mero mirar: o bien en preocupaciones generales que, desveladas, nos hubieran dejado a mí y a tantos otros sobrecogidos o sobresaltados.

Personalmente yo no podría sino referirme a la observación de una “sospechosa tranquilidad casi perfecta”, bajo la cual podían detectarse movimientos interiores que presagiaban la posibilidad de que algo emergiera improvisadamente, alterando toda la aparente serenidad sólo con la sacudida de un estallido. Me asombraban  ante todo signos reveladores de una inquietud: de qué modo personas que podían suponerse razonables y equilibradas, dejaban escapar aquí y allá — según la circunstancia y el grado de intimidad en la confidencia — sus temores, presunciones y cálculos, incluso vaticinios que querían envolverse en un ropaje de auto-seguridad o de cierto optimismo. Es ahora — después de tanto tiempo —, cuando me vuelve a sorprender aquel clima de recelo en voz baja, igual que susurros de conciencias  tan semilúcidas para entrever como semiacobardadas para declarar  con libertad: igual que si viesen  y escuchasen el extraño rumor de lo que se fraguaba, pero no se atrevieran a pronunciarlo sino a hurtadillas y solitariamente, reprimiendo todas sus denuncias en un sofoco ahogado, similar al de una confusa confesión.”

José Julio Perlado —“Contramuerte”

 

 

(Imágenes— 1-Nikolai Gorrski/ 2- Maya Kapouski)

NO PENSAMOS EN EL PRESENTE

 

“No nos atenemos jamás al tiempo presente — dice Pascal —. Recordamos el  pasado. Anticipamos el futuro como algo que tarda demasiado en llegar, como para apresurar su curso, o recordamos el pasado para retenerlo como algo demasiado fugaz; tan imprudentes, que erramos por los tiempos que no son nuestros y no pensamos en el único que nos pertenece, y tan vanos, que soñamos en aquellos que no existen ya y dejamos escapar sin darnos cuenta al único que subsiste. Es que el presente, de ordinario,  nos hiere. Lo ocultamos a nuestra vista porque nos aflige, y si nos es agradable nos lamentamos al verlo escapar. Tratamos de retenerlo a través del futuro, y pensamos en disponer las cosas que no están en nuestra mano para un tiempo  al que no tenemos seguridad alguna de llegar.

Que cada uno examine sus pensamientos. Los hallará  ocupados todos en el pasado o en el futuro. Casi no pensamos en el presente, y, si pensamos en él, no es más que para sacar de él la luz con que disponer el porvenir. El presente no es nunca nuestro fin.

El pasado y el presente constituyen nuestros medios:  sólo el futuro es nuestro fin. Así, no vivimos nunca, pero esperamos vivir, y, disponiéndonos siempre a ser felices, es inevitable el que no lo seamos jamás.”

(Imagen —Anna Atkins)