
La única señal que se tiene del paso de Hisae Izumi por Italia corresponde a los inicios del mes de mayo de 1904, en uno de los camerinos del Teatro Grande de Brescia, entre espejos, ropas y colgaduras. En el dibujo que se hizo entonces sobre aquel momento, Hisae aparece sentada en el suelo de aquel camerino mirando fijamente a una gran mariposa disecada. Se trataba de una mariposa de color azul verdoso claro, cubierta de escamas y de ojos muy pequeños y rodeados de un marco negro. La mitad interna del ojo de aquella mariposa se presentaba más estrecha que la externa y los extremos de sus alas posteriores asomaban puntiagudos Era la llamada mariposa Luna y la había traído a la reunión la gran soprano ucraniana Solomiya Krushenyska, que aspiraba a representar el papel principal de “Madame Butterflay” , una ópera de Puccini que había sido recibida como enorme fracaso en su primera versión, en el teatro de la Scala de Milán hacía tres meses, y que ahora solamente aguardaba la respuesta afirmativa de Puccini para actuar. Puccini estaba sentado en una silla muy cerca de Hisae, aún dolorido del tremendo accidente automovilístico del año anterior que le había dejado casi cojo para siempre. Tenía la pierna derecha rígida y estirada por completo, abandonada en la silla, y su pierna izquierda la mantenía en cambio escondida, doblada y recogida para acomodarse mejor. No había llegado Puccini aún a los cincuenta años y desde hacía tiempo era un trabajador infatigable. Había escrito y estrenado con éxito, entre otras cosas, “La Boheme” y “Tosca” y ahora estaba empeñado en realizar cuantas versiones fueran necesarias para que “Madame Butterflay” triunfase y gustara al público. Igualmente se encontraba en aquella reunión del camerino la señora Ohyama, esposa del embajador japonés en Italia, de la cual Puccini había recibido muchos consejos en torno al vestuario, las costumbres y la representación. ¿Qué hacía allí Hisae? La había invitado una famosa actriz japonesa amiga suya, Kawakami Sada Yacco, muy interesada por los kimonos y por las mariposas que debían de engalanar la ropa.

En un cierto momento Hisae se levantó del suelo y quiso probarse el kimono principal de “ Madame Butterflay”. Era un kimono de crespón color estragón con estampados en policromía de motivos florales de influencia oriental. Por delante aquel traje estaba totalmente abierto y se ajustaba a la cintura con una banda de seda verde pálido decorada con óvalos y con figuras geométricas y guirnaldas de crisantemos. Las mangas eran largas y anchas. Aquel kimono presentaba también bordados superpuestos de gran tamaño, con motivos de pájaros y de mariposas en distintas posiciones, tortugas y troncos de árbol. Su seda aparecía en blanco y negro así como hilos de metal dorados. Completaban la decoración motivos de cintas ondulantes y ramas de pinos. La banda para ceñir la cintura llevaba bordadas dos mariposas con hilos dorados El traje se completaba con calcetines y zapatos con puntera de seda morada estampada de flores. Y encima del traje sobresalía una diadema de flores de tela con cascabeles y una peineta y dos agujas.
Hisae se vistió entera con aquel kimono delante de todos como si fuera la propia “Madame Butterflay “ y una consumada actriz, y deslumbró a Puccini que la miró extasiado.
José Julio Perlado
(del libro”Una dama japonesa” ) (relato inédito)
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(Imágenes- 1- wikipedia/ – 2- Madame Butterflay// 3- Puccini- wikipedia)