
“He escrito mis primeras palabras ante un muro, a los diecinueve años, en una prisión militar helada por la humedad — confesaba el francés René Frégni —.Yo estaba sentado en el helado suelo de una celda, y trazaba mis primeras palabras en un cuaderno, muy parecido a uno que descansaba en un taburete.
Había tres cosas en esta celda: un taburete, una plancha encajada en el muro para desplegarla y poder dormir y un cuenco higiénico que yo iba a vaciar cada mañana en los retretes, al fondo del pasillo de paseo.
Seis meses en esta fortaleza. Escribía la palabra árbol y veía un árbol, escribía la palabra viento y yo sentía el viento, la palabra luz hacía entrar el cielo en aquel rincón húmedo, y cuando yo tenía deseos de recordar a una mujer buscaba en mí la palabra justa, la más violenta y la más dulce.
Y los caminos se abrían ante mis ojos desde el momento en que la tinta caía sobre la página dibujando mi huida. Me he evadido durante seis meses sobre caminos de palabras. Tomaba mi pluma y el mundo entero entraba en aquel recinto. Jamás me he sentido solo entre los altos muros de aquella fortaleza. Abría mi cuaderno y lo veía todo.
Siempre tengo un cuaderno a mi lado. Hace ya cuarenta años que compro cuadernos de finas lineas rojas, violetas o azules. Viajo poco en tren y mucho menos en avión. Mis cuadernos me acompañan como un territorio mágico. Están llenos de árboles, vientos, ciudades y luz. Cada página brilla más que una estación o que un aeropuerto. Cuando me despierto por la noche no me muevo, escribo sobre mis párpados, dibujo palabras de luz en la página oscura de un insomnio.”

Reblogueó esto en wp4oka's Blogy comentado:
Todos tenemos un acompañante; la libreta o el cuaderno.
Saludos, Julio, esta entrada me hace pensar en el acompañante de mi camino y ese es el cuaderno. También puede ser una agenda o diario, no importa el libro en blanco, sino lo que voy escribiendo para el momento oportuno leer y reflexionar en mi andar diario. La satisfacción de relatar, ese diario de mi vida y poder disfrutar los momentos de ocio tranquilo y productivo. Excelente leer esta entrada y disfrutar el escribir para uno y leerlo, gracias Julio.
Sin obsesionarse por los cuadernos, que son un mero instrumento, sí en muchas ocasiones ayudan a fijar ideas e intuiciones que uno tiene a lo largo del día. Creo que no deben ser únicamente anotaciones de citas o fechas sino el germen de ideas, que muchas veces convendrá desarrollar de modo creador en el mismo cuaderno. Con eso se elimina la obsesión de que sólo en la mesa de trabajo se escribe; se crea y y se escribe siempre, aún más en el cuaderno, que es una especie de mesa de trabajo que, si queremos, podemos llevar siempre con nosotros. Hay que intentar apresar la volatilidad de la vida, tantas veces precipitada.
Muchas gracias por tu comentario.
Saludos.
Saludos, Julio!!