
— ¿En qué te detienes cuando vas al Prado?, le pregunté.
—Yo voy siempre al Prado a visitar a los tres grandes: a Goya, a Velázquez y al Greco. Me detengo también ante cosas de Zurbarán y ante la escuela italiana. Pero sobre todo me interesa la pintura española.
Le pregunté también si es posible que pueda cansar el mirar un cuadro abstracto.
— Depende de quien mire el cuadro y de su sensibilidad. El cuadro figurativo profundo no cansa nunca. Velázquez, por ejemplo, no cansa.
Me hablaba luego del arte español contemporáneo:
— A pesar de las influencias y en algunos casos del mimetismo, como en todas las épocas, existen valores con gran personalidad. Todos sabemos que hoy es muy difícil hacer cosas enteramente nuevas, aunque no imposible, ya que se dice que todos los caminos y los estilos están ya trazados. Yo no creo que lo estén todos, pero sí que quedan menos, y por lo mismo el encontrarlos es más difícil. En este momento yo encuentro valores dentro de nuestro arte. Hoy nuestro arte, como el de la mayor parte del mundo, tiende a veces a aprisionarse por esa preocupación por la moda del tiempo, por el qué dirán. En mi opinión yo creo que se puede ser actual pintando o esculpiendo los eternos motivos, porque la intención, las formas, la composición, son otros, y están vivos.
Por otro lado — continuaba— creo que sería necesario dar aspectos biográficos de artistas de nuestro tiempo en cualquier campo y que la gente se interesara en ello. Acaso conociendo a las personas y su vida, la gente acudiría más a las exposiciones y los museos. Sé que no a todos les interesará esto, pero me conformo con que los que se interesen sean cada vez más. Sería muy importante que desde párvulos los maestros les enseñasen a mirar pinturas, a ver cómo se mira una pintura…”
Seguía así nuestro diálogo y desde un cuadro nos miraban las patas y cabezas entrelazadas de una intensa Tauromaquia.
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(Imágenes- 1- Barjola- Tauromaquia/ 2- Juan Barjola)