LUIS DE PABLO


“Hay incalculables cosas que nos quedan por saber de la música— me decía en su casa cercana a Madrid Luis de Pablo en 1977–. El número de combinaciones, permutaciones y variaciones es prácticamente ilimitado; si no, se habría terminado la posibilidad de creación, lo más apasionante de la música para mí es lo que queda por hacer, no lo que ya ha sido hecho.

El tiempo y la música es uno de los temas más apasionantes que puede haber. El tiempo en Occidente siempre intenta ser causal; al ser causal se produce un fenómeno muy curioso: estamos viviendo en un tiempo que es habitable racionalmente, puesto que lo que está sucediendo ahora es un momento conocible, por lo que se había oído antes. Pero más tarde descubrimos que hay gran cantidad de músicas no occidentales, que han partido de que la música es un entorno sonoro, que dura lo que tiene que durar, dura una noche entera a lo mejor, o dos horas, un minuto o unos segundos. En su momento se planteó la pregunta: ”¿ es posible una forma de tiempo irrepetible?”, es decir, una forma en un tiempo que no transcurre como un ciclo cerrado, sino como un agua que se derramara sobre una superficie lisa.

Esto ocurre y es clarísimo en las músicas rituales tibetanas, por ejemplo, o en ciertas músicas ambientales africanas, en las que la música es estrictamente una improvisación muy medida, porque todo el mundo conoce la base de aquello, y que dura lo que la gente quiere que dure. Entonces el tiempo transcurre de otra forma, no para medirlo o dominarlo, sino para dialogar con él. Podríamos escuchar músicas, concretamente de ciertas tribus negras de Rhodesia; uno puede estar oyendo esa música años, porque no hay un nexo y todo radica estrictamente en la disposición del espíritu de uno.”

(A la memoria de Luis de Pablo que hoy acaba de morir)

Descanse en paz

(Imágenes— 1- Ansel Adams -1934/ 2- Georgia O’Keeffe)

PICASSO Y BRASSAÏ


”El día en que Brassaï fue a fotografiar las esculturas de Picasso — así lo cuenta Patrick O’Brian en su vida de Picasso — el artista abrió la puerta ” y contemplamos una nación de figuras en toda su resplandeciente belleza”. Brassaï se encontró ante un Picasso “directo, sin afectación, carente de arrogancia, amable y natural”.
Vienen estas evocaciones aquí cuando se anuncia que a partir del 19 de octubre se exhibirá la obra de Brassaî en el museo Picasso de Málaga.—.” Picasso -dice O’Brian —también tomó simpatía a Brassaï y le propuso ir al circo, a su viejo y amado circo Medrano, en el que no había estado hacía años. Acudieron los dos y el circo no había cambiado: allí estaban los mismos payasos, los gruesos caballos, los flacos acróbatas, las fieras y los mismos olores. No fue una gran función, pero Picasso se divirtió enormemente, se rió con los payasos y lo pasó en grande, mientras, durante toda la función, su hijo, que contaba once años, estuvo con la cara seria.

Aparte de otras muchas ocasiones, Brassaï ,en agosto de 1939, encontraría a Picasso en la calle de Grandes Augustins. Brassaî no había estado nunca allí. Picasso recibió amablemente a Brassaî y accedió a posar en la cervecería Lipp hablando con Pierre Matisse, en Flore firmando unos grabados, y en su estudIo.

Muchos años después, en 1960, volvieron a encontrarse una vez más y Brassaï demostró que era uno de sus muchos amigos que se negaba a formar parte del grupo de cortesanos en competencia entre sí, y hacía trece años que no había visto a Picasso,

De todos aquellos encuentros nacerían las “Conversaciones con Picasso’, un libro fundamental para conocer al pintor..

(Imágenes- Bassaí 1935 y 1945)