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“Vamos a Barajas a recibir los restos mortales de Juan Ramón y de Zenobia . — escribe en su ”Diario” Luis Felipe Vivanco —.Hace una tarde turbia y pesada, sin transparencia ni colores limpios. En el aeropuerto están los tres poetas académicos: Gerardo, Dámaso y Vicente. Están Luis y Leopoldo Panero y García Nieto. Y también Zubiri y Carmen Castro. Y las autoridades, pero no hay Academia en pleno, ni Facultad de Letras, ni catedráticos de Literatura, ni alumnos, ni siquiera niños de las escuelas. Ni tampoco intelectuales. Tenemos que andar por el cemento de las pistas hasta llegar al avión. Tenemos que esperar a que baje todos los pasajeros, mulatas chillonas la mayor parte. Saludo a aCarmen Conde y Pepe Hierro. Fotógrafos y periodistas. Bajan los dos féretros de madera más bien clara, precintados. Abren el de Juan Ramón. Hay una mujer vieja, que llora de veras. Carmen Conde también llora. Me quedo deprimido, y al volver a casa leo unos capítulos de “Platero”.
(Imagen – Juan RamOn- erasmus)