
“La televisión puede desvelar todas las matanzas, todas las torturas y todos los acontecimientos de modo que lo inmediato se nos convierta en lejano, extraño y monstruoso — afirmaba Steiner—, como si fuéramos niños asustados por la caída de la noche. Sabemos ya, por Pascal y Montaigne, que ell objetivo de toda educación consiste en no tener miedo de permanecer sentado en una habitación silenciosa. Ahora bien, el noventa por cierto de los jóvenes, segün las estadísticas, no pueden ya leer sin escuchar música o mirar la televisión con el rabillo del ojo. El fenómeno demuestra hasta qué punto tenemos miedo del encuentro, en la acepción que dio al término Lévinas, miedo de la desnudez del otro. La escucha se hace cada vez más difícil. Para los jóvenes, la música “rock” y el ”heavy metal” se han convertido en ese esperanto internacional que excluye cualquier lectura.”
(Imagen — Park seo bo 1992)