LOS “DESPLAZAMIENTOS” DE MAGRITTE


“ El belga Magritte — cuya obra nos presenta estos días el Reina Sofía de Madrid — fue decorador de profesión en los primeros años veinte del pasado siglo y también pintor de papeles de colgadura, logrando así un sólido dominio del oficio en el género del ”trompe- l’oeil”, que le fue de gran utilidad para simular el ”confort” de los interiores burgueses ricos en molduras, en cornisas y en ménsulas..” Lo recuerda así el gran estudioso y crítico italiano Renato Barilli que se adentra a comentar sus celebres ”desplazamientos.”. Magritte — dice Barilli— tiene una constante fidelidad al presente, o mejor, el ayer de la sociedad, lo que lo lleva a ofrecernos una multitud de óptimos burgueses con bombín, llenos de todas las características de la usanza de aquellos años.

El mobiliario que nos presenta Magritte en sus historias, las habitaciones , la ornamentación y los escenarios del tiempo libre concuerdan con un tenor de vida confortable, pero un poco obtuso, propio de una muchedumbre de soñadores en zapatillas que sueñan y se desplazan con Julio Verne ( su autor preferido).”


Estos ”desplazamientos” son típicos en Magritte, como también los relatos oníricos.

Magriite, formado en Bruselas, donde pasó toda la vida, se hizo conocer en Paris, sólo alrededor de 1927. Él quiso hacer amplio uso de la fotografía — recuerda Barilli—, y recurre a ella para experimentar directamente sus hallazgos escénicos, sus motivos provocadores, que luego debían venir dócilmente transcritos sobre la tela con los instrumentos más tradicionales de la pintura,”

(Imágenes—1– Magritte- castillo en los Pirineos- 1949/ 2–Magritte/ 3-Magritte- 1963/ 4- Magritte/ 5 Magritte- 1928)