POR QUÉ NECESITAMOS EL TEATRO


“Ir al teatro era para mi ir a ver gente, aparentemente seria, ofrecerse en espectáculo. — decía Ionesco— El teatro es una de las artes más antiguas. Pienso, sin embargo, que no podemos prescindir de él. No se puede no ceder al deseo de hacer aparecer en escena personajes vivientes, a la vez reales e inventados. No se puede resistir a esa necesidad de hacerlos hablar, vivir ante nosotros. Encarnar fantasmas, dar vida, es una aventura prodigiosa, irremplazable, hasta el punto que me ha sucedido sentirme deslumbrado al ver moverse sobre el escenario, durante el ensayo de mi primera obra, los personajes surgidos de mi imaginación. Me sentía aterrado. ¿Con qué derecho lo hice? ¿ Estaba permitido?. Sólo cuando escribí para el teatro, enteramente por casualidad y con la intención de ridiculizarlo, fue cuando me puse a amarlo, a redescubrirlo en mí mismo, a comprenderlo, a estar fascinado con ello; y comprendí lo que yo tenía que hacer.

Si se piensa que el teatro es teatro de la palabra, es difícil admitir que pueda poseer un lenguaje autónomo. Pero la palabra sólo constituye uno de los elementos de choque del teatro. En primer lugar, el teatro tiene una manera propia de utilizar la palabra: es el diálogo, es la palabra de combate, de conflicto. Pero no sólo está la palabra: el teatro es una historia que se vive, recomenzando con cada representación, y es también una historia que se ve vivir. El teatro es tanto visual como auditivo. Todo está permitido en el teatro: encarnar personajes, pero también materializar angustias, presencias interiores. No sólo está permitido, por lo tanto, sino también recomendado, hacer jugar los accesorios, hacer vivir los objetos, animar los decorados, concretar los símbolos. Todo un espectáculo que siempre nos espera.”

(Imágenes— 1- Raoul Dufy/ 2 teatro Lope de Vega- Madrid- cadena ser)