Ahora que pasan los obituarios por el arco iris de las palabras – Benedetti, Rafael Conte, tantos más – recuerdo las frases de Vincent Van Gogh a su hermano Théo:
«Si tomamos el tren para irnos a Tarascón o a Ruán, tomamos la muerte para irnos a una estrella. Lo que es realmente cierto en este razonamiento es que, estando en vida, no podemos irnos a una estrella; lo mismo que estando muertos no podemos tomar el tren. En fin, no me parece imposible que el cólera, el mal de piedra, la tisis, el cáncer, sean medios de locomoción celeste, como los barcos a vapor, los ómnibus y el ferrocarril, lo son terrestres. Morir tranquilamente de vejez sería ir a pie». («Cartas a Théo«) (Barral editores).
Ahora que pasan las palabras por encima de tantos obituarios morir recuerda mucho al viajar.
(Imagen: «Andare dove? L´uomo con le valigie».- por Alberto Sughi.-1992.-artnet)
José Julio,
Algo hay de eso, en efecto… un viaje que no cesa, si,
Q.-