
Los osos se dividen en pardos y blancos, o en cabeza, tronco y extremidades. Tienen buenos morros, pero los ojuelos, pequeños. Les encantan las golosinas. — escribe el poeta polaco Zbigniew Herbert —A la escuela no quieren ir, pero una siestecita en el bosque… oíga , con mucho gusto. Cuando les queda poca miel, se llevan las manos a la cabeza y se quedan tan tristes, tan tristes que ni sé. Los niños, que tanto quieren a Kubus Puchatek, se lo darían todo, pero por el bosque anda el cazador y con su fusil apunta entre esos dos ojitos pequeños.
(Imagen- wikipedia)