
“Cada ser humano tiene una parte de sombra — decía Simenon—, una parte de luz de la cual al menos algo nos sentimos avergonzados, de la cual uno ensaya desvincularse o al menos escapar un poco más profundamente. Uno vive con eso más o menos en paz en su consciente o en su subconsciente. Por eso, cuando uno ve un personaje que se le parece, que tiene las mismas vergüenzas que uno, las mismas luchas interiores, se suele decir: Yo no soy un hombre único, yo no soy por tanto un monstruo. Esto puede ayudar. Yo he querdo mostrar en mis libros los pequeños dramas que ocurren ; entonces, si alguno tiene vergüenza, si no se atreve a hablarle a alguien de lo que le sucede, no es porque no sepa que hay numerosos seres humanos que conocen los mismos tormentos. Son seres a los que se puede amar y que pueden ocupar un sitio envidiable en la vida.”
(Imagen- Fox fotos- 1930)