“El personaje de “La voz humana” — anota Cocteau en sus acotaciones a su obra teatral —es una víctima mediocre, enamorada, del principio al fin de la representación; no intenta más que una única astucia: ofrecer un asidero al hombre para que confiese su mentira, para que no le deje ese recuerdo mezquino. Quisiera el autor — dice Cocteau — que la actriz diese la impresión de sangrar, de perder sangre, igual que un animal que cojea, que termine el acto en una habitación llena de sangre.”
Escrita en 193 0 esta obra en un acto —( ahora Almodóvar ha tomado libremente esta historia para rodar un cortometraje en inglés con Tilda Swinton), es un largo monólogo en el que la única protagonista “ hablará en pie, sentada, de espaldas, de perfil, de frente, de rodillas, tras el respaldo de la silla-sillón, con la cabeza cortada inclinada sobre el respaldo, recorrerá la habitación arrastrando el hilo telefónico hasta el final, en que caerá de bruces sobre la cama. Entonces su cabeza quedará colgando y soltará el receptor, como una piedra. Cada postura — sigue indicando Cocteau —debe servir para una fase del monólogo- diálogo ( fase del perro, fase de la mentira, etc). El nerviosismo no se muestra con la precipitación , sino por esa serie de posturas en la que cada una debe manifestar el colmo de la incomodidad.”
(“La juventud que entra — decía Cocteau — se cruza en la puerta con la vejez que sale. Es un minuto interminable, una noche de los tiempos. Ese contacto de manos forma una cadena que no se acaba nunca.”
(Imágenes—1- Felix Vallotton/ 2-Claire Rothstein/ 3-George Hurrell – 1936)