LA VOZ HUMANA

 

“El personaje de “La voz humana” —  anota Cocteau en sus acotaciones a su obra teatral —es una víctima mediocre, enamorada, del principio al fin de la representación; no intenta más que una única astucia: ofrecer un asidero al hombre para que confiese su mentira, para que no le deje ese recuerdo mezquino. Quisiera el autor — dice Cocteau — que la actriz diese la impresión de sangrar, de perder sangre, igual que un animal que cojea, que termine el acto en una habitación llena de sangre.”

 

Escrita en 193 0 esta obra en un acto —( ahora Almodóvar ha tomado libremente  esta historia para rodar un cortometraje en inglés con Tilda Swinton), es un largo monólogo  en el que la única protagonista “ hablará en pie, sentada, de espaldas, de perfil, de frente, de rodillas, tras el respaldo de la silla-sillón,  con la cabeza cortada inclinada sobre el respaldo,  recorrerá la habitación  arrastrando el hilo telefónico hasta el final, en que caerá de bruces sobre la cama. Entonces su cabeza  quedará colgando y soltará el receptor, como una piedra. Cada postura — sigue indicando Cocteau —debe servir para una fase del  monólogo- diálogo ( fase del perro, fase de la mentira, etc). El nerviosismo no se muestra con la precipitación , sino por esa serie de posturas en la que cada una debe manifestar el colmo de la incomodidad.”

(“La juventud que entra — decía Cocteau — se cruza en la puerta con la vejez que sale. Es un minuto interminable,  una noche de los tiempos. Ese contacto de manos forma una cadena que no se acaba nunca.”

 

(Imágenes—1- Felix Vallotton/ 2-Claire Rothstein/ 3-George Hurrell  – 1936)

EL MISTERIO DE LAS COSAS

 

 

“El misterio de las cosas, ¿dónde está?

Si apareciese, al menos,

para mostrarnos que es misterio.

¿Qué sabe de esto el río, qué sabe el árbol?

Y yo, que no soy más, ¿qué sé yo?

Siempre que veo las cosas

y pienso en lo que los hombres piensan de ellas,

río con el fresco sonido del río  sobre la piedra.

El único sentido oculto de las cosas

es no tener sentido oculto.

Más raro que todas las rarezas,

más que los sueños de los poetas

y los pensamientos de los filósofos,

es que las cosas sean realmente lo que parecen ser

y que no haya nada que comprender.

 

 

 

Sí, eso es lo que aprendieron solos mis sentidos:

las cosas no tienen significación : tienen existencia.

Las cosas son el único sentido oculto de las cosas”.

Alberto Caeiro

 

 

(Imágenes—1- Claire Rothstein/ 2-Leonard Foujita – 1921- museo nacional de arte moderno/ 3-  Almedia Marcellus – art instituto Chicago)