Al publicarse ahora los cuadernos de trabajo de Agatha Christie nos sorprende descubrir que – según ella confiesa – cuando se comprometía en la escritura de un libro, la mayor parte del tiempo ignoraba la identidad del culpable, una vez el asesinato tenía lugar. La novelista compartía la misma incertidumbre que sus lectores y avanzaba por las páginas de la ficción dotando a la historia de un poder de seducción más intenso.
Pero quienes juegan realmente entre las páginas y con las páginas del libro son los novelistas. Personajes planos o personajes redondos, puntos de vista cruzados, repetición, acumulación y transformación de detalles al construir y hacer andar al personaje, Cientos de caminos. Y sobre todo, en la novela policíaca, el elemento de sorpresa. «El elemento de sorpresa o de misterio -detectivesco, como se le suele denominar (decía Forster) – posee una gran relevancia en cualquier argumento, es una bolsa de tiempo, y no puede apreciarse sin inteligencia».
(Imagen: Gregory Crewdson.- Imagery Our World)


Me encanta la novela policiaca, aunque hay que decir que se trata de un género en el que a poco que leas varias novelas pronto empiezas a dilucidar quien es el asesino casi desde el principio.
Bueno, con Agatha quizá ocurre menos que con las novelas policiacas más modernas pero claro por algo es la reina del «whodonit» 🙂
Muchas gracias por los post que compartes, Julio, son siempre interesantes.
Saludos, Cordelia.
Sólo he escrito en mi vida una novela policiaca y un par de relatos, y en los tres casos, hasta el final no he sabido el asesino.
Y me parece que el relato lo agradece, pues de lo contrario, me imagino que será difícil hacerse encubridor del asesino.
No puedo mentir. No fue Cervantes, ni Lope, ni Shakespeare, ni tantos y tantos otros menos nombrados, con quienes he pasado algunos de los más interesantes momentos de mi vida. Una de las principales culpables de mi pasión por la lectura es Agatha Christie. Es agradable saber que a ella le pasaba lo mismo que a mí, y tampoco sabía -o casi- quien era el asesino hasta el final.
Un abrazo.
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