Al publicarse ahora los cuadernos de trabajo de Agatha Christie nos sorprende descubrir que – según ella confiesa – cuando se comprometía en la escritura de un libro, la mayor parte del tiempo ignoraba la identidad del culpable, una vez el asesinato tenía lugar. La novelista compartía la misma incertidumbre que sus lectores y avanzaba por las páginas de la ficción dotando a la historia de un poder de seducción más intenso.

Pero quienes juegan realmente entre las páginas y con las páginas del libro son los novelistas. Personajes planos o personajes redondos, puntos de vista cruzados, repetición, acumulación y transformación de detalles al construir y hacer andar al personaje, Cientos de caminos. Y sobre todo, en la novela policíaca, el elemento de sorpresa. «El elemento de sorpresa o de misterio -detectivesco, como se le suele denominar (decía Forster) – posee una gran relevancia en cualquier argumento, es una bolsa de tiempo, y no puede apreciarse sin inteligencia».
(Imagen: Gregory Crewdson.- Imagery Our World)