
De vez en cuando los objetos del día descansan en las mesas de trabajo de los artistas. Forman extraños bodegones. Están las uvas, las peras, los pinceles, el periódico— el periódico doblado en la página de las Artes, que es lo que a Bonnard más le interesa —. Están los tubos, los apretados colores retorcidos por los dedos, la paleta que es como la muleta para mezclar matices, para elevar a lo sublime lo que hace un momento eran solo toques, formas. El aparente desorden de este rincón del pintor guarda una interior disciplina que reside en su cabeza. Cuando él cierra la puerta de su pequeño estudio se abre la puerta de este escenario y se van colocando estéticamente pinceles y tubos y periódicos y peras con uvas para que empiece la representación.
José Julio Perlado
(Imagen—Rogi André (Rosa Klein — paleta de Bonnard- 1930- museo Pompidou)