EXPECTACIÓN

 

“Le devuelvo a la tarde triste la luz que me entristece,

y  voy entristeciendo

la plaza,

el río,

el campo

y, más allá, la línea del horizonte.

Mas reprendo a mis ojos y regreso

a la página vacía

en que, poseso,

aguardo a que despunte

la luz de un nuevo día.

 

 

 

 

“Un día alegre,

limpio,

singular,

de ninguna semana,

de ningún mes,

de ningún año,

milagrosamente amanecido

en las sílabas de un verso hechizado,

que resuena, medido y desmedido,

en la concha de mi oído

deslumbrado.”

Miguel Torga – “ Expectación “ –  9 de Julio de 1975

 

(Imágenes— 1-moohdaholic – imagery  our wordl/ Turner/ 3- Emil Nolde)

CALENDARIOS

 

 

“Ante un nuevo Año, cuando anotamos lo que previsiblemente puede ocurrir en el futuro,  recordamos estas palabras del inglés J. B. Priestley  en “El hombre y el tiempo”: Los hombres supieron en qué mes estaban antes de saber la hora que era . Hubo calendarios antes de que hubiese relojes. Las primeras comunidades de Mesopotamia tenían sus propios calendarios, allá por el tercer milenio antes de Jesucristo. Fue el principio  de una larga lucha para ordenar las un tanto desordenadas unidades naturales de medida del tiempo. Tarde o temprano, los hacedores de calendarios tenían que incorporar una unidad de tiempo extra, con objeto de mantener en orden el calendario. Los diversos Estados de la Grecia antigua tenían sus propios calendarios, y el que mejor conocemos, el ateniense, presentaba un año lunar de trescientos cincuenta y cuatro días.

La división del día en veinticuatro partes, todas ellas de igual duración a lo largo del año, nos parece ahora inevitable. En las civilizaciones primitivas, sin embargo, las horas no eran de una duración constante. Ya en el siglo lV antes de Cristo los chinos habían establecido un sistema de doce ‘horas dobles’ iguales, mientras los japoneses continuaron utilizando horas variables hasta el siglo XlX. Y el “día” mismo empezaba a diferentes horas entre los diferentes pueblos.

 

La “semana” fue siempre una división del tiempo puramente arbitraria ( excepto, quizá, entre los judíos, con su observancia religiosa). Otros pueblos consideraron simplemente  conveniente  disponer de un período de tiempo entre el día y el mes. Nuestra semana  de siete días debe algo a los judíos. Creo recordar —nos sigue diciendo Priestley — que una vez H. G. Wells arguyó que si nuestra semana  fuese más larga — pongamos diez u once días, incluyendo un fin de semana de tres o cuatro días —, muchos de nosotros  trabajaríamos y jugaríamos mejor. Esto pudiera no agradar a personas que tienen que realizar un trabajo desagradable o monótono, pero probablemente es cierto que muchísimas personas cuyo trabajo es importante para ellas, personas que no están meramente ganándose la vida, sino que aportan  cierto gusto creador a su labor, se sientan un tanto constreñidas entre un lunes que se inicia perezosamente y un viernes que se corona con apresuramiento. Se sentirían más felices si, tras un periodo más largo y fructífero de entrega a su labor, disfrutasen de un fin de semana más amplió para relajarse y distraerse.

(…) Una cosa es cierta. Aunque, en el correr de los siglos, hemos llegado a un arreglo bastante conveniente de las horas, los días y los años, nos equivocaremos gravemente si nos imaginamos  que ya hemos domado al Tiempo. Puede que el Tiempo nos esté domando a nosotros.”

 

(Imágenes— 1-dada you trumbl/ 2-Fitzherber cosway- 1786/ 3-Ambrogio Lorenzetti – siglo XlV)

VIAJES POR EL MUNDO (37) : TÁNGER


“En el “Gibel- Musa”, vapor inglés — cuenta Rubén Darío —, después de tres horas de mar, llego a tierra mahometana. Ya a bordo ha comenzado para mí lo pintoresco con el amontonamiento, sobre cubierta, de moros y judíos de distintos aspectos, blancos, morenos, de ropajes oscuros o de vestidos vistosos. Había ancianos de largas barbas blancas, semejantes a los Abrahames de las ilustraciones bíblicas, y mocetones robustos, hombres de faces serenas y meditativas, mercaderes con morrales y cajas. Había pipas humeantes de cazoleta diminuta. Cabezas con fez, con turbante, con capuchón.

Entro a la ciudad por una de las tres puertas juntas arábigas que hay en los muros blancos, entre una muchedumbre de albornoces, turbantes y babuchas, burritos cargados, cargadores que atropellan, mendigos que tienden la mano y dicen palabras guturales, amontonamiento de fardos, de cajas, de cargamentos de todas clases (…) Tras esta mezcla de árabes, de moros, de kabilas, de europeos, que constituyen la población accesible, existe el misterio y la poesía de la verdadera  vida de Oriente, tal como en los tiempos más remotos. El Marruecos contemporáneo es siempre el Imperio moro del siglo duodécimo, con su organización feudal, su lujo y sus artes exquisitas.

 

Salgo del hotel a dar mi primera vuelta por la ciudad, caballero en una mula mansa y vieja, en una silla morisca forrada de paño rojo. Me precede, en otra mula, el guía, un español que hace largos años reside aquí, y que conoce el idioma perfectamente. Me sigue, a pie, un mocito vivaracho. Ambos llevan látigos: el guía para los moros del pueblo, que no se apartan del camino, y el morito para mi mula. (…) Quiero conocer los alrededores. En los  declives del terreno, o sobre graciosas colinas, hay construcciones  donde moran extranjeros. Después es la campaña. Hay profusión de áloes y tunas, lo que en España llaman higos chumbos, y dátiles e higueras. Manchas de flores rojas y amarillas entre los repliegues del terreno, y gencianas y geranios. Todo lo ilumina una luz grata y cálida. No muy distante, advierto grupos de casas bajas, aldehuelas como sembradas en el seno de los valles, y de donde se eleva una columna de humo. Y sobre una altura, de pronto, la silueta de un jinete. Unos cuantos soldados entran montados en sus hermosos caballos y armados de las largas espingardas que se creerían tan solamente propias para las panoplias de adorno y las colecciones de museos y armerías. Son de las tropas que vienen del interior, en donde una nueva insurrección se ha levantado de manera tal, que desde hace algunos días son escasas las caravanas que entran en Tánger, y, por lo tanto, sufre el comercio.”

 

(Imágenes—1– Tánger- segobo/ 2-Tánger- eldiario/ 3-Tąnger— el desmarque)

CUMPLEAÑOS

 


“Cuánto mundo ha venido de todo el mundo:

morrenas y murenas, mares y morago,

auroras, arcoiris, águilas y astrago.

¿Dónde ponerlo todo? Dios mío, ¿qué hago?

Esos llandes,  lloredos, lluvias y llubinas

esas hacas y llamas, ¿ cómo las hacinas?

Berilos, gorilas, trémolos y mirlos.

Gracias, no sabría cómo digerirlos.

No hay jarro ninguno para berza ni brezo,

aletazo, gazapo, zaragata y cerezo.

¿Donde guardo el colibrí?, ¿dónde el brocado?

Con la cebra y la cabra en serio me enfado.

El dióxido ya es algo que vale por tres,

y aquí, para colmo, octópodo y ciempiés.

Aunque han quitado el precio de las estrellas,

lo adivino y creo que no soy digna de ellas.

¿Vale  la pena acaso regalar un ocaso?

¿ A alguien que en el mundo está solo de paso?

Me entretengo un segundo, y solo un segundo:

los detalles omito, y el resto confundo.

¡Imposible apartar lo real del vacío!

Perderé sin remedio mis flores de estío.

Flor perdida, marchita, ¡qué pena de gasto!

El peciolo, y la hoja, y el caliz tan casto,

¡ cómo se esfuerza para no durar entera,

qué desdén puntilloso, qué endeblez altanera.”

Wislawa  Szymborska — “Cumpleaños” (1972)

 

(imágenes—1-Jacques André Duffour- 1951/ 2-Olle HjorTzbErg)

EL PABELLÓN DE ORO

 

“  Al cabo de varias semanas, a mitad de marzo de 1397, aquella  planta baja del Pabellón de Oro estaba ya terminada y Hisae, sentada al borde del lago, asistiendo  a aquella  asombrosa representación, continuó  explicando a quienes la escuchaban cómo se iba levantando poco a poco la siguiente planta del Pabellón,  la planta primera, a la que Yoshimitsu  desde su pequeño trono azul y dirigiéndolo todo, quiso llamar la  Torre de las Ondas del Viento. “Pero el viento, como veis, quiso comentar Hisae a sus alumnos, aquí no existe, este lago está en calma y las rocas continúan quietas, aunque  a mí este  nombre que acaban de darle  me gusta.”

Pero aquella planta primera del Pabellón que parecía tan fácil edificar tardó bastante tiempo en construirse. Se trataba ahora de incrustar con enorme cuidado los distintos panes de oro y para ello los monjes, sentados en el borde del lago y distribuidos en perfectos grupos, tenían por delante mucho trabajo. Armados con unos cuchillos especiales de hoja ancha iban cortando poco a poco finísimas láminas de oro que martilleaban luego hasta conseguir planchas casi transparentes sobre las que esparcían gotas de agua gracias a pinceles especiales. Luego trasladaban  muy despacio y con gran cuidado las planchas hasta cubrir las paredes del Pabellón, las ajustaban bien y con  piedras de ágata las bruñían para sacarles más brillo. Así, a mitad de abril, terminaron  la planta primera. Quedaba la última, la planta superior, que era más pequeña y que estuvo concluida a primeros de mayo. El sol dio de lleno en la película dorada que refulgía en sus paredes. Era un espacio totalmente cuadrado, limpio y pulido, preparado para recibir a la soledad. “La soledad va a entrar ahora en ese recinto, anunció Hisae a sus alumnos, entrará sin ruido, quizás no la notéis, porque la soledad suele entrar muchas veces unida a la meditación y la meditación es silenciosa, en ocasiones también llega al lado del vacío, y otras veces  la acompaña la sombra, pero no una sombra física, que nosotros podamos distinguir, sino una sombra interior.” Efectivamente, durante todo el mes de mayo, se vio  cómo los monjes en total silencio depositaban la sombra y el vacío en el suelo de  la planta superior fulgurante del Pabellón de Oro.”

José Julio Perlado  ( del libro “Una dama japonesa”) (relato inédito)

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

 

(Imágenes— 1-Utamaro kitagawa/ 2- Shibata Zeshin)

 

UN CABALLO LUMINOSO

 

 

“La poesía es un caballo luminoso o un pez en uniforme de gala escoltado por cosmógrafos — decía Gustavo Pereira —, pero también la conciencia en estado de gracia. Puede ser un hada ataviada de imprevistas máscaras y aparecida de repente, un aliento oculto que avergûenza a la razón lógica, un inesperado estremecimiento parecido al fulgor, pero también una fuerza moral, hija pródiga de la razón sensible, o una patada en el trasero a la poderosa canalla que nos apesadumbra.”

 

(Imágenes-1- Rosa Bonheur- Missfolly  2- Mar HuchtHuasen)

AUTORRETRATO EN LA VENTANA

 


Escribe Paul Klee en su Diario, diciembre de 1897: “Después de cierto tiempo volví a revisar algunos de mis libros de apuntes. Sentí despertar nuevamente algo así como esperanza. Casualmente descubrí en el cristal de la ventana mi reflejo y comencé a elucubrar acerca de esa persona que me estaba mirando. Un tipo bastante simpático sentado en una silla; la cabeza apoyada en un cojín  blanco, las piernas sobre otra silla. El libro gris cerrado sobre el dedo índice de una mano. Se mantenía inmóvil, iluminado por la suave luz de la lámpara. A menudo lo había analizado. No siempre lo conseguía. Pero hoy lo comprendí.”

 

(Imágenes— 1- Paul Klee- 1918/ 2- foto Josef Albers-  Paul Klee- fundación Paul Klee)

FELIZ NAVIDAD!

 

 

“¡Ay, quién podrá sanarme!

Acaba de entregarte ya de vero.

No quieras enviarme

de hoy más ya mensajero

que no saben decirme lo que quiero.

Y todos cuantos vagan

de Ti me van mil gracias refiriendo;

y todos más me llagan,

y déjame muriendo

un no sé qué que queda balbuciendo.”

 

San Juan de la Cruz — Cántico espiritual

 

¡FELiZ  NAVIDAD  A  TODOS  LOS  QUE  LEEN  “MI  SIGLO”!

(Imagen – Fra Angélico-lyceo hispánico)

ESPAÑA Y LOS ESPAÑOLES

 

“Los españoles son grandes, suelen ser morenos, son orgullosos, leales y humanos , perezosos y sobrios, pacientes y espirituales, muy galantes, menos celosos que en otros tiempos — podía leerse en un “Diccionario de geografía universal” de 1806—; las mujeres suelen ser de una talla pequeña y esbelta, con mucho espíritu y vivacidad; la lengua española es sonora, majestuosa y sublime, pero no pobre”.

“Hay nombres españoles — escribía Madame de Stael — que no pueden pronunciarse sin que nuestra imaginación no crea ver enseguida los naranjos de Granada y los palacios de los Reyes moros.” “ No se detecta en esta nación  — decía  por su parte Chateaubriand—ningún aire servil, ninguna frase que anuncie la degradación del pensamiento y del alma.”

”A lo lejos la tierra recuerda al campesino español — señalaba asimismo el  historiador francés Edgard Quinet en el siglo XlX —.Desnudo como él, se instala bajo el sol. La tierra es silenciosa  como él. Sobrio como él, la rosa la fertiliza. Independiente como él; ni fosos ni barreras; la igualdad está grabada en su cara.”

 

 

(Imágenes—1– Salvador Dalí – 1938- museum boymams van veunigen – Róterdam/ 2-Felipe lV/ 3– campos de Castilla- dibujo de Miguel de Unamuno- universidad de Salamanca )

DE RECUERDOS Y OLVIDOS

 


En estos días en que nos acercamos poco a poco al final del año — días de balances , propósitos, recuerdos y  olvidos—  también pueden colarse entre horas y horas algunas distracciones singulares. El escritor francés Georges Perec brindaba algunas en su libro “Pensar/ Clasificar”:
Por ejemplo, su repaso a la lista de récords en donde él anotaba:

“El señor David Maund posee  6.506 botellas en miniatura;  el  señor Robert Kaufman 7.495 clases de cigarros; el señor Ronald Rose hizo saltar un corcho de champaña a 31 metros;  el señor Isao Tsychiya rasuró a 233 personas en una hora, y el señor Walter Cavanagh posee 1. OO3  tarjetas de crédito válidas.”

 

 

Luego Perec citaba lo que el poeta e investigador Paul Braffort presentaba como relación entre olvido y recuerdo:

”El recuerdo — decía — es una enfermedad cuyo remedio es el olvido.

El recuerdo no sería recuerdo si no fuera olvido.

Lo que viene por el recuerdo se va por el olvido.

Los pequeños olvidos hacen los grandes recuerdos.

El recuerdo multiplica nuestras penas, el olvido nuestros placeres.

El recuerdo libera del olvido, pero ¿quién nos librará del recuerdo?

La felicidad  está en el olvido, no en el recuerdo.

Un poco de olvido nos aleja del recuerdo, mucho nos acerca.

El olvido reúne a los hombres, el recuerdo los separa.

El recuerdo nos engaña con mayor frecuencia que el olvido.”

 

 

( Imágenes— Calder- 1966/ 2- Twombly/ 3-Franz Kline)

CUADERNO DEL AGUA (2) : SURTIDORES Y FUENTES

 

El español Joaquín Turina en sus » Danzas gitanas» habla de esos surtidores del agua de la Alhambra. Rusiñol recogerá el paso del agua en el Patio de los Leones de la Alhambra en 1887.  Lorca canta a los surtidores en el Cuarto Dorado del Palacio de Comares en la Alhambra. Surtidores de agua glosará Juan Ramón en » Olvidos de Granada» (1924) Y surtidores aparecen  también en fuentes famosas como las que retrata el italiano Respighi con su poema sinfónico sobre la fontana de Trevi  en la mañana, la tarde y el anochecer. Debussy, que desde tantos ángulos trató musicalmente el agua, habla del chorrear del agua en sus «Jardines bajo la lluvia»( 1904) Los manantiales ya habían sido tratados por Listz en  sus «Años de peregrinaje» cuando compone «Al pie de un manantial» y esos  murmullos del agua de manantiales y arroyos los había abordado Beethoven en el segundo movimiento de su «Pastoral», como la tormenta asomaba en su cuarto movimiento. Es el sonido de una cascada el que recogerá igualmente Richard Strauss en su «Sinfonía alpina». Y como algo curioso  el francés Paul Sébillot anotará en su » folklore de las aguas» que «rara vez está el diablo en las fuentes y en cambio sí el nombre de los santos».

 

Respecto a las fuentes,  su agua durante siglos ha estado unida a la música. Hay que evocar la Fuente de los Cuatro Ríos de Bernini en la romana plaza Navona y  la escalera del agua del Generalife en la Alhambra. Aguas proféticas manan de la fuentes, se decía ya en los misterios egipcios, y las fuentes hablaban como oráculos señala Tácito.  Fuentes que a lo largo de siglos han aparecido como obras de arte en ciudades de Suiza y de Italia.”

José Julio Perlado

 

(Imágenes—1 -la Alhambra- turismo Granada/ 2- Roma— explora roma/ 3 – Sorolla- la Alhambra)

HOTEL FORMENTOR

 

Como cuenta Nathalie de Saint Phalle al repasar el mundo de hoteles y literatos, el Hotel Formentor en Mallorca — estos días de actualidad- — “aislado, rodeado por un pinar que baja hasta la playa, se convirtió  en un refugio elegante e intelectual en donde se retiraron  gentes célebres: Churchill, Keyserling o Montherlant. El Hotel Formentor, nacido por deseos de Alan Diehl, un argentino adinerado que perdió en la empresa gran parte de su fortuna, no se preocupaba  en lo más mínimo de recibir a clientes que pudieran cubrir sus gastos de estancia. Sólo soportaba el talento. Diehl invitó durante años a artistas, escritores y filósofos para  “ semanas del Conocimiento” o estancias individuales.

A finales de los años cincuenta y por iniciativa de Tomeu Buadas, artista y poeta, el lugar llegó a ser un punto de encuentro sin precedentes en la historia de la hostelería. Primero se organizaron las “Poetry Conversations of Formentor”, después se instaló a orillas del mar, en Cala Gentil, el  “Poets Club”, y a ellos se sumaron los “International Colloquia on the Novel”,  que culminaron en 1960  con la creación  del “Formentor Prize  for Novel”, el premio literario mejor dotado de entonces, con garantía de publicación en todas las lenguas, pues el premio lo concedían los propios editores.”

Un Hotel, pues, lleno de discusiones intelectuales y  que fue marco de confrontación de ideas y opiniones sobre cultura y literatura.

 

 

(Imágenes—1- León Spilliaert/ 2-Charles Woodbury- 1900)

MARAVILLARSE

 


“ Maravillarnos es lo que necesitamos restablecer — aconsejaba el poeta francés  Yves Bonnefoy —. Nuestra sociedad, dominada por la prevalencia de la mirada científica, no sabe maravillarse. Y sin embargo disponemos de una extraordinaria reserva: los miles de lecciones maravillosas que nos pueden dar los grandes pintores de la tradición occidental. Y esto se transforma en una función de futuro, una forma de vanguardia poética,, que partiendo de la pintura del pasado testimonia el deseo que nosotros tenemos de maravillarnos.

En cierto sentido, las muchedumbres que visitan los museos nos dan la prueba de ese deseo insatisfecho de contemplar la belleza. Esto es lo que es interesante : señalar algunos pintores que se extienden por el mundo. En los Estados Unidos, por ejemplo, Van Gogh ha congregado a multitudes enormes.: ¿ no es sobre todo porque Van Gogh es el pintor del campo de lo azul, aquel que está ahí como una presencia en el mundo? Van Gogh representa todo el drama de la sociedad moderna que precisamente comienza con él. Igualmente los impresionistas  son siempre muy valorados: son los pintores de la tierra, del jardín, de las nubes del cielo en la tarde. Para mí , por ejemplo, la mirada de Claude Monet la he señalado como “roja” porque él puede pintar lo rojo con los mil matices de la naturaleza. He ahí por qué, en otro género, Poussin  me atrae de una manera absoluta porque es precisamente el pintor de la luz atravesando el cielo.”

 

(Imágenes— 1- Van Gogh/ 2- Monet)

ESCRIBIR ES UNA ESPECIE DE LOCURA

 

 

“Para escribir en el sentido más positivo del término, es decir para pasar un gran número de horas en un trabajo enorme del cual  el resultado financiero es — lo menos que se puede decir de ello — muy incierto, hace falta razones ectraordinariamente importantes — recuerda el francés Michel Butor—. Escribir es una especie de locura. Si uno hace este trabajo es porque, gracias a la escritura, se intenta cambiar alguna cosa alrededor de uno mismo y dentro de uno mismo; y si se quiere justificar la publicación  es porque uno advierte perfectamente  que es necesario que los otros nos ayuden, que uno no llegará a solucionar eso por sí mismo. Al principio, en el escritor como en el pintor o el músico, existe un sentimiento de escándalo:  se descubre la impresión de que las cosas no son  como ellas deberían ser, que ellas no están siendo utilizadas como se debiera. El artista sufre particularmente ante esta situación y, de repente, se nota diferente respecto a la mayor parte de las gentes con las que se encuentra. Esta diferencia es realmente difícil de soportar. Existen dos maneras de suprimir la diferencia entre los otros y uno mismo. La primera, es suprimirse uno: puesto que uno no es como los otros y que uno se siente desgraciado entre ellos, es necesario desaparecer pura y simplemente. Uno puede llegar a ser como los otros: se les quiere curar, uno los acepta, se normaliza todo y el escritor que  es uno en potencia desaparece. La segunda manera  es tratar de resolver el problema  de la diferencia  precisamente al contrario, es decir, ensayar el transformar a los otros: a través de un cierto número de procedimientos y sabiendo de antemano que eso va a ser extremadamente largo y difícil , complejo,  uno ensaya transformar a los demás. Es en este sentido como si el loco quisiera curar a los cuerdos.”

 

 

(Imágenes— 1-Gustave Geffroy- por Paul Cézanne/ 2-María Gato- Virginia Milles gallerie – artnet)

NAVIDAD 2020 ( 3) : PASTERNAK

 

”Por el mismo camino, por los mismos lugares
en medio de la gente caminaban los ángeles.
Incorpóreos, ninguno podía contemplarlos,
pero sobre la nieve sus pies dejaban huellas.

La multitud se paró al pie de la roqueda.
Alboreaba. Se esbozaban los troncos de los cedros.
”¿Y quiénes sois vosotros?”, les preguntó María.
”Estirpe de pastores, mensajeros del cielo,
a cantar alabanzas de los dos acudimos.”
”El establo es pequeño. Aguardad a la puerta.”

En esa cenicienta sombra de la alborada
pateaban el suelo muleros y vaqueros.
Los peatones gritaban a los que iban montados,
junto a la piedra hueca que hacía de aguadero
bramaban los camellos, rebuznaban los burros

 

Alborecía. Como granos de hollín, el alba
soplaba las estrellas postreras en el cielo.
Y de toda la gente solamente a los Magos
dejó entrar en el hueco de la roca María.

Él dormía radiante en su cuna de roble,
como un rayo de luna en el hueco de un tronco.
Y por pieles de ovejas,
los ollares de un asno, la nariz de un boezuelo.

 

De pie en la oscura noche del establo, las gentes
cambiaban en voz baja temerosas palabras.
De pronto alguien, en medio de la sombra, a la izquierda,
apartó, con la mano, a un Mago de la cuna.
Volvióse éste: desde el umbral, como a un huésped,
contemplaba la estrella de Navidad la Virgen.”

Boris Pasternak —“La Estrella de Navidad”- “Poesías de Yuri Jivago” ( traducción de  Fernando Gutiérrez)

 

 

(Imágenes: – 1- Francesco Durantino- museo de Polonia/2- Carlo Crivelli/ 3- lyceo hispánico )