”Por el mismo camino, por los mismos lugares
en medio de la gente caminaban los ángeles.
Incorpóreos, ninguno podía contemplarlos,
pero sobre la nieve sus pies dejaban huellas.
La multitud se paró al pie de la roqueda.
Alboreaba. Se esbozaban los troncos de los cedros.
”¿Y quiénes sois vosotros?”, les preguntó María.
”Estirpe de pastores, mensajeros del cielo,
a cantar alabanzas de los dos acudimos.”
”El establo es pequeño. Aguardad a la puerta.”
En esa cenicienta sombra de la alborada
pateaban el suelo muleros y vaqueros.
Los peatones gritaban a los que iban montados,
junto a la piedra hueca que hacía de aguadero
bramaban los camellos, rebuznaban los burros
Alborecía. Como granos de hollín, el alba
soplaba las estrellas postreras en el cielo.
Y de toda la gente solamente a los Magos
dejó entrar en el hueco de la roca María.
Él dormía radiante en su cuna de roble,
como un rayo de luna en el hueco de un tronco.
Y por pieles de ovejas,
los ollares de un asno, la nariz de un boezuelo.
De pie en la oscura noche del establo, las gentes
cambiaban en voz baja temerosas palabras.
De pronto alguien, en medio de la sombra, a la izquierda,
apartó, con la mano, a un Mago de la cuna.
Volvióse éste: desde el umbral, como a un huésped,
contemplaba la estrella de Navidad la Virgen.”
Boris Pasternak —“La Estrella de Navidad”- “Poesías de Yuri Jivago” ( traducción de Fernando Gutiérrez)
(Imágenes: – 1- Francesco Durantino- museo de Polonia/2- Carlo Crivelli/ 3- lyceo hispánico )