Como cuenta Nathalie de Saint Phalle al repasar el mundo de hoteles y literatos, el Hotel Formentor en Mallorca — estos días de actualidad- — “aislado, rodeado por un pinar que baja hasta la playa, se convirtió en un refugio elegante e intelectual en donde se retiraron gentes célebres: Churchill, Keyserling o Montherlant. El Hotel Formentor, nacido por deseos de Alan Diehl, un argentino adinerado que perdió en la empresa gran parte de su fortuna, no se preocupaba en lo más mínimo de recibir a clientes que pudieran cubrir sus gastos de estancia. Sólo soportaba el talento. Diehl invitó durante años a artistas, escritores y filósofos para “ semanas del Conocimiento” o estancias individuales.
A finales de los años cincuenta y por iniciativa de Tomeu Buadas, artista y poeta, el lugar llegó a ser un punto de encuentro sin precedentes en la historia de la hostelería. Primero se organizaron las “Poetry Conversations of Formentor”, después se instaló a orillas del mar, en Cala Gentil, el “Poets Club”, y a ellos se sumaron los “International Colloquia on the Novel”, que culminaron en 1960 con la creación del “Formentor Prize for Novel”, el premio literario mejor dotado de entonces, con garantía de publicación en todas las lenguas, pues el premio lo concedían los propios editores.”
Un Hotel, pues, lleno de discusiones intelectuales y que fue marco de confrontación de ideas y opiniones sobre cultura y literatura.
(Imágenes—1- León Spilliaert/ 2-Charles Woodbury- 1900)