MUJERES CÉLEBRES (1) : SARAH BERNHARDT

 

 

— ¿ Cúal es su recuerdo más vivo? — le preguntaba a la gran Sarah Bernardt la periodista y escritora Carmen de Burgos.

— Uno que me sucedió en San Quintín de California. Realizaba yo una gira por Norteamérica cuando recibí una extraña carta de seis condenados a muerte que me pedían que actuara en una representación. Naturalmente acepté. Era algo como un viático lo que me pedían, no me podía negar a darles esa satisfacción a los que iban a morir. Entonces  llegué asombrada a una prisión oculta entre flores, rodeada de un gran parque, con apariencia de catedral y con unos hierros forjados custodiando el presidio. Descendí del coche y me encontré con un hermoso quiosco Luis XV, donde músicos vestidos con pijamas de franela de rayas negras y blancas tocaban la Marsellesa. El director de orquesta se adelantó a besarme la mano, y como yo me asombrara  de ver un músico francés en prisión, él me dijo: “formamos aquí una pequeña colonia de franceses prisioneros”. Yo me senté. Todos aquellos caballeros eran los internos del establecimiento.
Entonces allí, en un hermoso patio lleno de sol y ante un público de dos mil prisioneros, entre los que se contaban treinta mujeres y el grupo trágico de los seis condenados a muerte ( dos de ellos debían ser ejecutados al día siguiente), interpreté “ La Navidad  bajo el Terror” . Yo no acertaba a darme cuenta de que aquellos caballeros y aquellas damas tan correctas fueran estafadores y asesinos. Una linda y elegante rubia había cortado la cabeza a una señora para heredarla; otra señora distinguida había matado a su marido, su hijo y dos nietos, sin perdonar a la nodriza. No se puede imaginar cuanto sufrí; en vez de representar tenía ganas de llorar, de pedir clemencia; no podía imaginar la idea de que aquellos hombres llenos de vida, que me aplaudían, habían de morir irremisiblemente. Era muy cruel el contraste entre aquella prisión tan lujosa, con piscinas, biblioteca y patios para tenis, con la triste muerte de los condenados. Creo que hay más crueldad en eso que en los calabozos de la fortaleza de Pedro y Pablo en Rusia.”

 

 

(Imágenes—1- / Sarah Bernhardt – Foto Nadar/ 2- Sarah Bernhardt – mujeres notables)

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