“Lo más interesante que tienen ustedes en esta sala es esta mirada de un trapero, un trapero desconocido como todos los traperos, un trapero de la Barcelona de los años sesenta, una mirada hambrienta, un rostro curtido, una mirada de cazador de escombros y de retales, una mirada de pescador, ha salido sin barca y sin escopeta, sólo con las pupilas acechando el cielo de la calle, el mar de la calle, es una mirada cansina pero decidida, atento a todas las ventanas por si le llama alguien, atento a los zapatos desparejados, a las camisetas deshilachadas, atento a los retales desvaídos, a los abrigos apolillados, a juguetes con las tripas reventadas, a cajas de cartón repletas de relojes sin hora, a dentaduras postizas, postales rotas, sacapuntas que no funcionan, el broche desgastado, una esquela de hace años, periódicos amarillos atados con cuerdas, todo lo atisban sus pupilas, sus pupilas son imanes que todo lo atrapan, calculan, son calculadoras en el aire, apenas parpadean, los restos de los naufragios de las casas son recibidos en la gruta de sus pupilas penetrantes que ven bajar del cielo de la calle el tesoro de lo inservible, inmediatamente lo transforman, lo hacen servible, todo se reutiliza, se recompone, se vende, todo vale, a un artista este trapero de las pupilas agudas le venderá unas chapas para hacer esculturas, a una decoradora los restos de una alfombra, a un investigador papel antiguo.
Lo más interesante de esta sala que ustedes ven es, pues, esta mirada . Una mirada hambrienta de objetos desechables. Esta mirada ha salido esta mañana muy temprano a pasear por la playa de los desperdicios y ahora se lleva en su saco una gran fortuna.”
José Julio Perlado
(del libro ‘La mirada”) ( texto inédito)
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(Imagen — Eugeni Forcano —trapero- Barcelona – 1960. – donación de Publio López Mondéjar – año 2012)