“Así, en su silencio y soledad
el desierto me hablaba mejor que la multitud.
¡ Oh, desierto!, ¡oh, gran vacío donde el eco procede del cielo!
Habla al espíritu humano, este inmenso Israel (…)
En este lúgubre desierto, departir cara a cara
con la eternidad, la potencia y el espacio:
tres profetas mudos, silencios llenos de fe (…)
evidencias del espíritu que hablan sin palabras.”
(Imagen – vol taringa)