«Todo resuena, apenas se rompe el equilibrio de las cosas. Los árboles y las yerbas son silenciosas; el viento las agita y resuenan. El agua está callada: el aire la mueve y resuena; las olas mugen: algo las oprime; la cascada se precipita: le falta suelo; el lago hierve: algo lo calienta. Son mudos los metales y las piedras, pero si algo los golpea, resuenan. Así el hombre. Si habla, es que no puede contenerse; si se emociona, canta; si sufre, se lamenta. Todo lo que sale de su boca en forma de sonido se debe a una ruptura de su equilibrio.
La núsica nos sirve para desplegar los sentimientos comprimidos en nuestro fuero interno. Escogemos los materiales que más fácilmente resuenen y con ellos fabricamos instrumentos sonoros: metal y piedra, bambú y seda, calabazas y arcilla, piel y madera. El cielo no procede de otro modo. También él escoge aquello que más fácilmente resuena: los pájaros en la primavera; el trueno en verano; los insectos en otoño; el viento en invierno. Una tras otra, las cuatro estaciones se persiguen en una cacería que no tiene fin. Y su continuo transcurrir, ¿no es también una prueba de que el equilibrio cósmico se ha roto?
Lo mismo sucede entre los hombres; el más perfecto de los sonidos humanos es la palabra; la literatura, a su vez, es la forma más perfecta de la palabra. Y así, cuando el equilibrio se rompe, el cielo escoge entre los hombres a aquellos que son más sensibles, y los hace resonar».
Han Yü (768-824) : «Misión de la literatura» ( traducción de Octavio Paz)
(Imagen: foto Kurasovas Olegas.-The National Geographic)
Me parecen una preciosidad tanto el texto como la imagen J.Julio. Qué sabio y qué poético Han Yü – totalmente desconocido para mi-. Es de agradecer esta ruptura tuya del equilibrio cósmico; no podía haber empezado mejor el día – muy otoñal por cierto -.
Un saludo
Nunca hubiera pensado que un escritor chino, de los siglos VIII-IX, pudiera «decirme» tanto. Suscribo, casi íntegramente, el comentario de mi amiga Lola MU; casi, porque yo acabo el día con él. No está mal terminarlo así y descansar con esta bellas palabras resonando en la mente.
Gracias, José Julio, por tan agradable regalo.
Un abrazo.
Cuánta belleza!
..que delicia es estar aquí.
gracias.
Alis,
Gracias por el comentario.