
“Hay en ciertas ciudades de provincias — escribe Balzac en ”Eugenia Grandet” —algunas casas cuya vista provoca una melancolía igual a la que inspiran los claustros más sombríos, las landas más yermas o las más tristes ruinas. Es porque, sin duda, se encuentran en estas casas, a la vez, el silencio del claustro, la aridez de las landas y los despojos de las ruinas; la vida y el movimiento adquieren en ellas una marcha tan reposada, que un extranjero las creería deshabitadas, si no encontrase de repente la mirada lánguida y fría de una persona inmóvil, cuyo rostro, medio monástico, asoma por la ventana al oír el ruido de pasos desconocidos.”
(Imagen — Inge Morath- 1989)