
“Los espejos — así se lee en ”Le roman de la rose” (siglo Xlll) —tienen muchas propiedades extraordinarias porque las cosas grandes y hermosas que se colocan cerca de ellos parecen estar muy lejos. Incluso la mayor montaña que se encuentra entre Francia y Cerdaña se vería a su través tan pequeña y minúscula que difícilmente podría ser apreciada, aun mirando con mucho detenimiento
Otros espejos muestran verdaderamente las exactas dimensiones de las cosas que en ellos se reflejan siempre que haya alguien capaz de observarlas.
Hay otros espejos que queman los objetos que se miran en ellos, si se colocan rectos para concentrar los rayos que el brillante sol arroja cuando sonríe sobre el espejo. Otros muestran diferentes figuras en varias posiciones: derechas, oblongas, invertidas, mediante diversos arreglos. Los que son expertos en tal materia hacen nacer varias de una sola imagen.”
