
No he conocido hombre alguno — decía Gorki — que sintiese tan profundamente como Chejov la importancia del trabajo como fundamento de toda cultura y,por tan diversas razones. Este sentimiento se expresaba en los actos más insignificantes de su vida; en sus costumbres, en su elección de las cosas, y en ese noble amor por los trabajos del hombre que, ajeno al deseo de coleccionarlos, nunca se cansa de admirarlos como productos de la mente creativa del hombre. Se complacía en construir, plantar jardines, ornamentar la tierra; era sensible a la poesía del trabajo. Con qué conmovedor cuidado observaba crecer los árboles frutales y los arbustos ornamentales que había plantado en su jardín. Lleno de planes para la construcción de su casa de Autka solía decir:
— ¡Qué hermoso mundo tendríamos si el hombre hiciese todo lo que se puede hacer con el trozo de tierra que le pertenece!”
(Imagen -chejov-russkayaliyeratura)
Saludos, es una poesía para trabajar, no el trabajo sea esclavizante, sino el no quedar con un ocio no productivo. Muy bueno.
Muchas gracias por tu comentario.