Siempre me ha impresionado la laboriosidad de Thomas Mann. En “La novela de una novela” — el libro que cuenta cómo iba escribiendo “Doktor Faustus” — se lee:“14 de marzo de 1943. Embalando todos los materiales sobre “José” (“ José y sus hermanos” era el libro que acaba de terminar), el escritorio y los cajones quedaron vacíos. Y sólo un día después, el 15 de marzo, para ser exacto, aparece por primera vez en mis apuntes cotidianos, casi aislada, la anotación: “Doktor Faustus”.( …) “Conseguí encontrar el proyecto del Dr. Fausto en tres renglones que datan del año 1901. Habían transcurrido cuarenta y dos años desde el momento en que había anotado el pacto de un artista con el diablo como posible tema de trabajo.”
(…)
Todo hay que guardarlo. Es una convicción personal. Las anotaciones, brotes de creación e ideas, o palidecen y agonizan al cabo del tiempo en un cuaderno o en un armario porque carecen de fuerza, o resisten e incluso cobran mucho más vigor conforme pasan meses o años. ¿ Cómo es posible que en 1969, viviendo yo en París, preparara ya con libros y apuntes cosas sobre Japón, para un libro que iría escribiendo muchos años después?
Cuando Thomas Mann le consulta a su mujer si ella cree que él debe adentrarse en esa nueva obra del Dr Faustus, ella se inclina en cambio a que prosiga con la continuación de las andanzas del estafador Félix Krull. Pero Mann no se inquieta. Se siente atraído por el viejo/ nuevo proyecto. “ Se trataba ahora de saber — escribe — si había llegado la hora de realizar aquella tarea proyectada, aunque vagamente tiempo atrás. No puedo negar una repulsión instintiva, reforzada por el presentimiento de que “ el asunto” era agobiador, de que me costaría sangre, mucha sangre, darle forma. Este movimiento instintivo podía expresarse en la fórmula: “Mejor será cualquier otra cosa antes”.
Y sin embargo se pone a ello. Resúmenes, anotaciones, cálculos cronológicos, personajes, lecturas, preparación. Lee a Shakespeare, estudia instrumentos musicales, habla con Schönberg y con muchos más. En fin, trabaja. Y el domingo 23 de mayo de 1943 apunta en su “Diario”: ‘He comenzado esta mañana a escribir “Doktor Faustus”.
”Lo importante es escribir, no publicar”, decía Virginia Woolf. Indudablemente hay que intentar publicar. Pero lo importante es el trabajo.
José Julio Perlado
(Imágenes— 1- Thomas Mann- libraries – ecu – edu/ 2- Katia Mann y Thomas Mann en Berlín – 1929 – Bundes archive / 3- biblioteque tumbar)