“No creo en el optimismo — decía Ray Bradbury —, creo en la conducta óptima, que es diferente. Si te comportas cada día de tu vida de la mejor manera posible, ¿ qué sucederá? Pruébalo y verás. No lo sabes, no lo has hecho todavía. Debes vivir la vida al máximo, gritar a pleno pulmón y escuchar los ecos. Hace años aprendí una lección, un día que estaba comiendo con mi padre y mi hermano unas albóndigas buenísimas que nos había preparado mi madre: cuando terminé me levanté de la mesa y exclamé “ ¡ Dios! Ha sido hermoso”. Mi hermano me respondió: “No exageres, estaban buenas y punto”. ¿ Ven la diferencia? Actuar es tener esperanza: al final de cada día, cuando has terminado el trabajo, te tumbas y piensas: “Caramba, hoy he hecho esto”, tanto da si bien o mal, sea como sea lo has hecho, y al final de la semana dispones de un capital acumulado. Al final del año, echas la vista atrás y dices: “ No está mal, ha sido un buen año”.
(1- Foto Wolkmar wentzel – National Geohraphic/ 2- Ray Bradbury)