RAMÓN Y “ EL CAFÉ GIJÓN”

 

“El último robo en “El café Gijón” y las vicisitudes por las que están pasando los cafés en Madrid nos traen muchas voces evocadoras de cafés de otros tiempos.  “ Yo soy de otro tipo de café  que el café Gijón — confesaba Gómez de la Serna escribiendo el colofón al libro  “Crónica del café Gijón” —, yo soy de los cafés solitarios  que hace años se encontraban en cantidad —y que por ser solitarios fueron muriendo —, aunque yo sé que aún los encontraría en mi laberíntico Madrid. Yo no hubiera podido escribir viendo a otro escritor escribiendo en otra mesa, y muchas veces me fui de un café porque me veía en los espejos como haciéndome muecas a mí mismo. Pero la historia de un café  — sea el que sea — es cosa atractiva para todos, cargada de eso que llaman entelequia.

Al ser descrito un café toma un aire mitológico, o mejor dicho, mitománico, y se asoma uno a uno de los dramas más amenos de la vida, al drama de no querer morir, al meter jaleo para no morirse, al dar transcendencia a las cucharillas para agarrarse a ellas en último extremo.

(…) El escribir en el café desespera a la larga, deja un poco  a la intemperie el cerebro, está bien como comprobación intermitente — “ Pombo” no era más que  los sábados —, pero en la inhóspita buhardilla — que con un poco de ingenio y resignación puede ser hospitalaria — hay que plantear las cosas para que tengan carácter universal, elevándose sobre las acosadoras habladurías.

La buhardilla salva del café y el café  salva  — como fin de semana — de la estrechez de la buhardilla.”

 

 

(Imágenes—1-pinterest/ 2- café Gijón — foto jjp- 2012)

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