
Volver al Qijote si uno se ha ido

Si se apartó en su primera juventud

Si nadie le enseñó a leer a pequeños sorbos, deleitándose con su sentido común,

Si le impusieron como lectura obligatoria y le aburrió abrir sus páginas.

Si no admiraba la ironía escondida en sus razonamientos. Si no apreciaba la sabiduría de sus sentencias, fueran de Sancho o del Hidalgo.

Si no admiraba el dominio y belleza de su prosa.

Si no conocía los senderos que le llevaban hasta Cervantes, por ejemplo Riley o Martin de Riquer.
Hay que volver al Quijote siempre.
para mejorar el pensar. Para mejorar el escribir
José Julio Perlado

(Imágenes- 1 y 2. Gustavo Doré/ 3- Jacobus Harrrewijn 1710 / 4-Monfort y Asensi- 1771/5-Diego de Obregón 1674/6– Antonio Pérez Rubio / 7 -Fernando Selma/ 8- Daniel urrabieta 1909
Gracias Profesor, preciosa reflexion en un día como hoy, tengo tres ejemplares adaptados a varias edades, con la esperanza que mis nietos sientan curiosidad algún día ….
Avelina
Lo mejor que puedes hacer
El Quijote es un libro de sabiduría, experiencia y sentido común, aparte de la maestría de su prosa
Saludos y mi agradecimiento, como siempre.
Perdone que me inmiscuya, pero ojalá. Hoy en día los niños tienen tantísimas distracciones que es muy difícil pero Dios quiera que un día se interesen por esa obra inmortal como la que más. De hecho, creo que conviene aproximarse a ella en la juventud, que es cuando uno tiene más tiempo, y luego ya te acompaña siempre, y lo lees con los ojos de la experiencia, entendiéndolo mejor.
Exacto.Así es.
Bien traído, don Julio, y es que a veces pienso que, una vez leído despacio, es El Quijote el que nunca se va totalmente de ti, pero es cierto que hay que corresponder y visitarlo (lo necesitamos ambos, pues los libros agradecen ser leídos, claro), como uno visita a un viejo amigo, ese que nunca le ha fallado.
s Saúl
Muchas gracias por tu comentario. El Quijote debe ser un libro de cabecera, para releerlo despacio como un breviario de sentido común y de prosa excelsa
Saludos
De nada, a Ud. por la entrada. Y sí, me parece que alguien dijo de los clásicos (y El Quijote lo es por antonomasia), que nunca terminan de decir lo que tienen que decir, o sea, que estamos gratamente condenados a volver a él una y otra vez. Un saludo,