
Habría que remontarse quizá para hablar del arte urbano a la calle como espacio de propaganda política. Habría que hablar de algún modo del muralismo mexicano.Igualmente de la grafonomía del pueblo. Lo mismo sobre la utilización de la vida cotidiana como propaganda, denuncia o aviso. Habría que hablar de los nuevos espacios de expresión en las calles con sus gritos singulares — como ocurrió en París en 1968– recordando que la belleza está en la calle y cómo se revela por tanto el espacio como un cuadro de adoquines y de grumos, de fachadas encaladas y de grietas arañando la piedra. Habría que hablar de ciudades fracturadas. También de un arte transitorio y efímero.

Habría que hablar de las Bellas Artes en el teatro de las calles y edificios.

Habría que hablar de un arte impopular. También de la caligrafía cuidadosa o exagerada.

Habría que hablar de las guerras contra los grafitis. De los grafitis blancos, azules o rojos. Del arte de la comunicación militante. Del grafiti como nuevo expresionismo.De la vida de la pintura.


De los nuevos muralismos. De las denuncias. De las persecuciones. De los embozados en pasamontañas huyendo. De las carreras y persecuciones nocturnas. De las sorpresas diurnas. De la pasión por el púrpura. De las sombras de medianoche. De los dedos amarillos, del dibujo de las manos. Del trazo verde, rojo o morado como firma de que uno estuvo allí, en la pared.
José Julio Perlado

(Imágenes- 11-Banksy/ 2- Keith Haring/3- Vigo, España / 4 pintura en Chile/ 5- metro de Nueva York 1973/ 6- aerosoles arabescos/ 7- Pintura en. México)