ENTONCES EL MAR

Entonces el mar se hizo estrellado y todos los que estábamos en el patio de butacas siguiendo la Ópera Juzuru y contemplando a aquella solitaria cantante vimos los diminutos peces en el cielo, un banco de medusas y de colas y de aletas abiertas, nadando sin nubes, un cielo que era un mar transparente, y me acordé del pintor japonés Hiroshi Senju y de su museo en Karuizawa, Nagano, con sus 60.000 plantas, cada una de un color distinto, los rayos ultravioletas, sus célebres imágenes de cascadas, el jardín, la unión entre naturaleza y cultura, pero ya el cielo volvía a ser estrellado, la cantante dio unos pasos alejándose del mar y llegaron las nubes llenas de peces.

José Julio Perlado

Imágenes- Ópera Yuzuru- fotos Kouichi Miura)

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