
Recuerdo una conferencia de Torrente Ballester en noviembre de 1992 sobre el Madrid literario del pasado. Le escuché cómo hablaba sin notas ni apuntes, tal y como si estuviera de tertulia en su casa. Se advertía que estaba muy acostumbrado a desgranar ideas y recuerdos ante un magnetofón. Eso hizo, de modo divertido y espontáneo, en sus “Cuadernis de un vate vago” y aquí repetía el mismo sistema. Aludió a “La Granja del Henar”, con Valle Inclán sentado en la tertulia, siempre muy bien vestido. Allí estaba también Miguel Ángel Asturias. Se refirió al aislamiento de Juan Ramón, a la presencia de Marañón en el Madrid de entonces y a las conferencias de Ortega. Baroja — declaró Torrente— vendía muy poco y Ramón Pérez de Ayala tenía que contentarse con seiscientos ejemplares por libro A Valle Inclán — según Torrente— casi nadie le leía porque el público lo consideraba un autor demasiado refinado.
Cosas de la trastienda de los autores y de sus vidas, que siempre han existido, porque es un mundo reducido y pequeño , aunque a veces se le quiera ensalzar y ampliar —-un mundo de aplausos y de desdenes —, y sobre el que se ha escrito tanto.
José Julio Perlado

(Imágenes- 1- Torrente Balllester-wikipedia/ 2- Baroja- wikipedia)