
La mente, habiendo recibido de los sentidos un mínimo principio de rememoración, corre indefinidamente, recordando cuanto hay que recordar. Nuestros sentidos, pues, que están, por así decir en la entrada de la mente, habiendo recibido el principio de alguna cosa y habiéndolo transmitido a la mente; la mente a su vez recibe este principio y ejecuta todo lo que sigue; cuando se agita la parte inferior de una larga y delgada lanza, aunque sólo sea ligeramente, el movimiento recorre toda la longitud de la lanza, hasta la punta (…) así nuestra mente necesita sólo un mínimo principio para la rememoración de todo el asunto.
De Máximo Tirio, según Franciscus Junius “La pintura de los antiguos”
(Imagen- Hans Holbein el Joven – siglo XVl- wikipedia)