
“Si yo me impongo una disciplina. — decía Simenon — es porque de repente recibo una especie de aviso o señal de alarma que siempre me funciona. Cuando no me encuentro bien, se lo he dicho a mi médico que no me sentía bien, que creía tener tal o cual cosa. Entonces mi médico me preguntaba: “¿Cuándo va a comenzar usted una nueva novela ? Y yo le he contestado:. “Dentro de ocho días.” Entonces él me ha respondido. “ Entonces usted está bien”. Y era un poco como si él me recetara una especie de orden para cumplir: “ Póngase cuanto antes a hacer esa novela”. Es mi terapia, aquella que siempre me ha ido mejor. No se transforma uno en escritor, se nace escritor. No se transforma uno en pintor, se nace pintor. Es un destino. No se aprende en ninguna escuela. Por eso cuando mi médico, que me conoce bien, me nota un poco mal, enseguida me pregunta. “¿ Cuánto tiempo lleva usted sin escribir?. Y la única receta que me da es ponerme a escribir cuanto antes una novela.”
(Imagen- Georges Simenon)