EL RUIDO DEL VIENTO

 

”Tengo que acordarme del ruido del viento, de la angustia singular que experimentamos cuando sopla el viento — escribe Katherine Mansfield el 23 de enero de 1922 en su “Diario’ —. Luego el viento de la primavera, tibio y dulce, que nos escudriña el corazón. El viento que yo llamo el Anciano de los Días, el que sopla aquí, al anochecer. Y aquel otro que sacude el jardín por las noches, cuando salimos corriendo.

Polvo. Andar de espaldas al viento pesado e impetuoso. Andar por la Explanada cuando la cubre el agua del mar, traída por el viento. El viento veraniego, tan juguetón, que se columpiaba, que se mecía aquí en estos árboles. Y el viento que pasa por la hierba y la estremece. Todo esto me conmueve de un modo que no he entendido nunca. Veo siempre  un  prado, un potro y una joven danesa rubia que me cuenta algo de su padre político. . La muchacha se llama Elsa Bagge.”

(Imagen — Jean Francois Millet)