A veces hay que viajar a lugares imaginarios. Alberto Manguel, en su “Guía” de estos lugares, cuenta que la República de los animales “se encuentra en una vasta región que no figura en los mapas, poblada de especies muy diversas de animales y pájaros que se han liberado de la tiranía de los hombres.
El viajero descubrirá que muchas peculiaridades de esta isla han sido descritas por los poetas clásicos: los corderos se pasean con los lobos, los halcones vuelan al lado de las palomas, los cisnes establecen relaciones sociales con las serpientes y los peces nadan en compañía de castores y nutrias.
La república está gobernada por el fénix — ave muy especial — y sus embajadores los monos. Los tigres y los leones son soldados, los gansos y los perros, centinelas, los loros, intérpretes, las cigüeñas, médicos, y el unicornio (animal solitario) es el toxicólogo jefe y se ocupa de hallar los antídotos de todos los venenos.
Hay dos religiones principales: el culto al Sol, en el que creen casi todos los animales, y el de la Luna, una secta cada vez más importante, promovida por los elefantes.
El viajero de visita en la isla podrá admirar el palacio del ave fénix y asistir a los magníficos espectáculos que allí se ofrecen, como el “Desfile de los Colores”, en el que participan todas las aves del Paraíso.
La rebelión liderada por serpientes y basiliscos fue sofocada, con lo que la República de los Animales recuperó la paz.”
(Imágenes—1-Foto Manish Swarup/ 2- Sarah Esteje/ 3- Midnightmartinis)