“ Sin monstruos ni dioses — dijo en 1947 Mark Rothko —, el arte no puede representar nuestro drama: los momentos profundos del arte expresan esta frustración.” En otra ocasión confesaba que el objeto del arte es “ acabar con este silencio y esta soledad, respirar y abrir de nuevo los brazos.” “Rothko dio la vuelta a la pintura — le explicaba John Berger a su hija Katya en 2001— porque los colores que creó tan laboriosamente están esperando cosas que todavía no existen. Y su arte es un arte emigrante, que busca, como sólo lo hacen los emigrantes, el inencontrable lugar de origen, el momento previo a que empezara todo.”
Berger afirmaba también : “ la obra de Rothko está muy cerca de la ceguera. Una ceguera de color trágica. Sus mejores lienzos no tienen que ver con la ceguera o con quedarse ciego, sino con intentar quitar las vendas de color de los ojos con las que estaba ( o vuelve a estar) a punto de ser creado el mundo visible.”
“Un cuadro no necesita que nadie explique lo que quiere decir. — decía igualmente Rothko — Si es bueno, habla por sí mismo.” Rothko declaraba sobre su pintura que “no era que se hubiera eliminado la figura sino los símbolos de las figuras.” Señalaba que no sentía especial interés por el color por sí mismo, sino que no tenía otra opción que emplearlo como vehículo: “ dado que ya no hay línea — se preguntaba —, ¿qué otra cosa queda para pintar?.” Llegó a destruir varios de sus lienzos en los que vio que se ordenaban los colores con criterios estéticos .” Sí a usted— le dijo furiosamente a un reportero — sólo le conmueven las relaciones de color, entonces no entiende de lo que se trata.”
(Imágenes- Mark Rothko : 1- 1948/ 2- 1955/ 3-1956/ 4- 1969)