“Yo disparé. Uno de los dos pájaros cayó a mis pies. Era una cerceta de vientre plateado. Entonces, en el espacio por encima de mí, una voz, una voz de pájaro chilló. Fue una queja breve, repetida, desgarradora; y el animal, el pequeño animal salvado, se puso a dar vueltas en el azul del cielo encima de nosotros mirando a su compañera muerta, que yo tenía entre las manos (…) Nunca gemido de sufrimiento me desgarró el corazón como aquella llamada desolada, como el lamentable reproche de aquel pobre animal perdido en el espacio.”
Guy de Maupassant — “Amor”
(Imagen — Vadim Trunov)