» Una gota de agua poderosa basta para crear un mundo, y para disolver la noche» escribió Gaston Bachelard en «El agua y los sueños». Las significaciones simbólicas del agua han quedado sintetizadas en tres temas principales: el agua como fuente de vida, el agua como medio de purificación y el agua como centro de regeneración. Las diminutas gotas de agua han sido muchas veces motivo de reflexión para pensadores y artistas: “Si una gota de agua cae en el mar cuando está sereno…», iba explicando Leonardo sobre la relación entre gota y mar en sus «Cuadernos de notas». También en la música, Ravel se ocupa de la gota de agua y la refleja en «Ondine», en 1909 , al abordar cómo se desliza una gota de agua por el cristal de una ventana, y por su lado Chopin, en el número 15 de su «Preludio de las gotas de lluvia», evoca cómo las gotas, caen encima del tejado de la Cartuja de Valdemosa.
La lluvia, por su parte, ha quedado muy impresa en poemas y pinturas de Oriente y de Occidente. «Lluvia al atardecer en un pinar de Karasaki » (1834) del japonés Hiroshige, que será uno de los principales exponentes de «las estampas del mundo que fluye»‘ ; lluvia también en el francés Apollinaire y en poemas del español José Angel Valente que escribirá » la lluvia es el primer borrador del mundo». Destaca la «Oda a la lluvia marinera», de Neruda, en 1971 y el canto a la lluvia en «Elegía de las aguas» del senegalés Leopold Sengor donde escribe: «llueve sobre Nueva York, sobre Moscú, sobre Pompidou, sobre China, sobre los arrozales, sobre el desierto, sobre los buenos y los malos».
El agua, las gotas de agua y la lluvia empapan sonidos, dibujos y poemas.
(Imágenes—1-Lewis Noble/ 2- Ivan Shiskhi- 1891/ 3-Hiroshige)